Santiago de Chile, 20 ago (EFE).- Los derechos de las personas migrantes en América Latina y su papel en la reconstrucción económica y social tras la pandemia de la COVID-19 han de abordarse como un asunto «prioritario», señalaron este jueves altos representantes de organismos regionales.
El exhorto tuvo lugar en el marco de un diálogo virtual sobre los efectos de la COVID-19 en las personas migrantes inaugurado por la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, y en el que participaron también la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables del Perú, Antonina Sasieta, en su calidad de Presidenta de la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo, y el director regional del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Harold Robinson.
«Abordar las consecuencias de la pandemia en la población migrante es un asunto prioritario que requiere ser pensado desde las políticas públicas, la inclusión y la protección social, los derechos humanos», expresó Bárcena.
En el contexto de la pandemia, las personas migrantes han contribuido de manera importante a los países de destino como trabajadores en servicios esenciales, lo que a su vez los hace uno de los grupos «más expuestos», señaló la representante de la Cepal.
Bárcena advirtió sobre la situación de las mujeres migrantes, quienes se concentran en los sectores de servicios más afectados, incluyendo el trabajo doméstico, en el que suponen un 17 % de la mano de obra, a menudo, de manera informal.
Por su parte, Sasieta indicó que «la región debe aspirar a construir, después de la pandemia, una sociedad mejor que promueva la inclusión social de las personas migrantes sin discriminación alguna».
Latinoamérica, una de las regiones más afectadas del mundo por la pandemia con más de 6,2 millones de infectados y cerca de 250.000 muertos, se enfrenta este año a la peor recesión económica en un siglo, con una contracción del PIB de hasta el 9,1 % y 18 millones de nuevos desempleados, según Cepal.
«Estamos confrontando una situación que va a durar más de lo esperado, que requerirá más recursos fiscales y, por lo tanto, necesitamos repensar la manera en que nos vamos a ir reconstruyendo de una forma más igualitaria, más inclusiva y más sostenible», añadió Bárcenas.
Según las proyecciones de Cepal para este año, la pobreza se incrementará un 37 % en la región y alcanzará a 231 millones de personas, la mayoría mujeres, quedando en situación de pobreza extrema 98 millones.
La pandemia ha evidenciado, abundó Bárcenas, los «problemas estructurales» del modelo de desarrollo en la región, entre ellos, la mercantilización y fragmentación de los sistemas de salud y la gran desigualdad que afecta a las mujeres y los pueblos indígenas.