El presidente Andrés Manuel López Obrador nuevamente está en el ojo del huracán por sus declaraciones en las siempre sorpresivas mañaneras.
El escándalo se desató en Nuevo León, donde un par de candidatos a la gubernatura, el emecista Samuel García y el priísta Adrián de la Garza son investigados por la Fiscalía General de la República, a través de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda por presuntos delitos electorales.
Esta decisión tomó a todos por sorpresa y se comenta, en los pasillos políticos, que es una venganza de la 4T por lo que le sucedió con sus ahora ex-candidatos a Guerrero y Michoacán, Félix Salgado y Raúl Morón, pues ni el apoyo del Presidente les permitió seguir en la contienda ya que el INE les cerró todas las posibilidades por las irregularidades en sus incipientes campañas.
Y ya todo el mundo sabe el desenlace: el partido del mandatario, MORENA, los hizo dirigentes estatales en sus Entidades, donde ahora tendrán todo el poder e incluso Salgado Macedonio fue a más: logró imponer a su hija Evelyn como su sucesora, el INE lo aceptó y ahora la muchacha contenderá para obtener la gubernatura de Guerrero y si todo sale como lo planearon, su padre será el poder atrás del trono.
Lo de Nuevo León no tomó por sorpresa, pues ambos candidatos se perfilaban por encima de la candidata morenista Clara Luz Flores, cuya popularidad se vino abajo cuando se descubrió que mentía: durante mucho tiempo negó su relación con la secta sexual NXIVM y su ahora encarcelado líder Keith Raniere, y de repente salió un video, filtrado no se sabe por quién, que demostró que sí pertenecía a ese polémico culto y aunque las aguas parecían recuperar su nivel, pues parece que la sociedad no le perdona la mentira y Clara Luz se fue a la baja en las preferencias electorales.
Entonces, lo que dicen los enterados, es que a como dé lugar la 4T quiere frenar a los adversarios ya no digamos de Clara Luz, sino de MORENA, y la única manera es acusándola de lo que todos, absolutamente todos los partidos hacen: entregar apoyos a cambio del voto.
Pero si el panorama parece de suyo complicado, pues todavía más se enrareció ayer con las declaraciones de Andrés Manuel López Obrador, quien admitió y reconoció, ante la prensa nacional y extranjera, con el argumento de que no puede ser cómplice de fraudes electorales, que se “está metiendo” en las elecciones del 6 de junio, lo que está estrictamente prohibido y que seguramente esta confesión traerá reacciones de todos los actores que participan en las elecciones más complicadas en los tiempos recientes de México.
Lo de Nuevo León, que se perfila como una venganza política, afectará los ya cercanos comicios, donde las cosas están que arden en prácticamente todo el país y que la solución a tanta polémica correrá, como siempre, se supone, a cargo del electorado, quien seguramente tomará la mejor decisión en las urnas.