TOLUCA, Méx., enero 26 (EL UNIVERSAL).-
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) dio a conocer que hasta el momento no puede establecer que Julio César «N» intentó atentar contra la vida del Fiscal General José Luis Cervantes Martínez. Sin embargo, es investigado por su probable responsabilidad en la comisión de ilícitos.
«Con independencia de la probable intervención del investigado en la comisión de hechos constitutivos de delito relacionados con el evento, la ponderación inicial de los datos de prueba con los que se cuenta hasta este momento, entre ellos técnicas de investigación de cateo, no permiten establecer que la conducta desplegada por el agresor fue una acción consciente o dirigida en contra del Fiscal General de Justicia del Estado de México», puntualizó en un comunicado.
Ayer por la noche, la institución informó mediante las redes sociales que hubo un atentado en contra de Cervantes Martínez y esta tarde amplió que a las 16:45 horas de ayer jueves 25 de enero, un convoy compuesto por dos camionetas, en las que viajaban el Fiscal de la entidad y siete elementos de seguridad, una motocicleta tripulada por dos elementos de reacción, todos identificados con uniforme institucional, fueron interceptados por un particular que conducía un vehículo marca Jeep, submarca Grand Cherokee, modelo 2011, color negro mate, con vidrios oscuros y placas del Estado de México.
De las entrevistas preliminares a los integrantes de la escolta del Fiscal, se estableció que este vehículo inició un seguimiento cercano y continuó en el mismo carril del convoy oficial, desde las inmediaciones de Ocoyoacac hasta metros adelante de la bifurcación de las casetas de cobro hacia la Ciudad de México y La Venta-Naucalpan.
Al inicio de la agresión, el vehículo escolta que circulaba entre la camioneta del Fiscal General y la motocicleta, fue objeto de acercamientos peligrosos por parte del particular, de tal manera que los elementos de seguridad le pidieron que se alejara y desistiera de su conducta.
Sin embargo, lejos de desistir, continuó realizando acercamientos por los costados y a muy alta velocidad, con «la evidente finalidad de desestabilizar la unidad oficial» y el aparente propósito de impactar la unidad del Fiscal contra la valla de seguridad que colinda con el vacío.
Entonces, en el momento que transitaban sobre un puente vehicular de considerable altura, comprometiendo la vida de sus tripulantes. En respuesta, uno de los escoltas exhibió el armamento que portaba, pero el vehículo agresor impactó la unidad oficial, de manera violenta y en reiteradas ocasiones. Por ello, para resguardar la vida y la seguridad de los ocupantes, el artillero del binomio que tripulaba la motocicleta, detonó su arma de cargo en contra de los neumáticos del vehículo agresor, a fin de inhabilitarlo. La agresión no cesó, sino que se intensificó.
Dos de los elementos de escolta advirtieron que el ocupante de la unidad particular exhibió un arma de fuego de alto poder de características «recortadas», por lo que ante esta circunstancia la escolta principal abrió fuego contra el tren motor del vehículo agresor, sin lograr inhibirlo.
En la bifurcación posterior a la salida de un túnel cercano, el agresor fue interceptado y rodeado por el convoy oficial. Los tripulantes de los vehículos oficiales descendieron y le pidieron detenerse y bajar del automóvil.
Sin embargo, el sujeto intentó huir y se puso violento, en la parte posterior de la camioneta del agresor, por lo que detonaron las armas a la parrilla, motor y llantas posteriores con objeto de impedir que se evadiera y evitar que dañara a personas ajenas a los hechos.
Cabe destacar que los elementos de protección actuaron de manera proporcional y de acuerdo a los protocolos en el uso legítimo de la fuerza, tal y como lo establece la ley de la materia, lo que permitió asegurar a Julio César «N» sin lesión alguna, no obstante que en todo momento opuso resistencia.
El ahora detenido fue trasladado y puesto a disposición del Agente del Ministerio Público de la Fiscalía de Asuntos Especiales ubicada en la ciudad de Toluca donde se le asignó defensor público y aun cuando se dio intervención a peritos para su certificación psicofísica y de lesiones, se negó a proporcionar las muestras necesarias. A pesar de ello, los peritos en medicina forense advirtieron indicadores clínicos de aparente estado de intoxicación.
En estricto apego al principio de presunción de inocencia, se solicitó intervención de peritos en psiquiatría a efecto de identificar alguna posible afectación clínica que arroje otros indicios que expliquen los motivos de su acción.
De las primeras acciones realizadas por peritos en materia de criminalística de campo, los indicios encontrados al interior del vehículo que conducía el detenido fueron un arma de fuego de tipo fusil con cargador abastecido con tres cartuchos útiles y tres casquillos percutidos, todos de calibre 7.62 x 39.
Así mismo los peritos ubicaron una chamarra táctica, una cangurera color verde que en su interior contenía bolsas con presuntos narcóticos, diversas credenciales entre las que se identificaron algunas aparentemente apócrifas con logotipos oficiales, una manopla de metal tipo boxer, una botella de vidrio conteniendo bebida alcohólica, un arma corto contundente con filo de metal y mango de plástico negro, así como artículos diversos presuntamente relacionados con prácticas rituales.
En la unidad oficial se identificaron tres orificios de entrada y salida presuntamente producidos por arma de fuego cuyo origen y calibre aún no se ha determinado pericialmente. Por otra parte, la distribución de los 31 impactos de arma de fuego de diversos calibres en el vehículo agresor permite advertir que en ningún momento se pretendió lesionar a su conductor.
Producto de esta acción un integrante de la escolta presentó lesiones por esquirlas de naturaleza balística a la altura de la ingle, por lo que ayer en la noche fue ingresado y esta mañana dado de alta de un centro hospitalario de la zona.