México, 2 ago (EFE).- Como si se tratara de la protagonista de alguna una novela, película o videojuego, una «güera», como llaman a las mujeres rubias en México, se perfila como un personaje clave y una presunta conexión en el asesinato de dos israelíes ocurrido el pasado 24 de julio en un restaurante en el sur de la Ciudad de México.
Según se puede apreciar en los videos del ataque, la rubia, o una mujer que usaba peluca rubia, estaba ese día sentada a la mesa con los israelíes y comió con ellos antes del ataque armado a quemarropa en la exclusiva Plaza Artz Pedregal. De hecho la «güera» logra «escapar» de los disparos.
De acuerdo con las autoridades, la mujer se registró en el restaurante 45 minutos antes que los isralíes, se identificó como Vanessa Bayer y pidió la primera mesa de la entrada en la zona de fumadores para tres personas.
Este viernes, el periódico Milenio publicó el nombre de la mujer a la que refirió como Vanessa Linette Ballar Fallas, de 54 años, y como presunta coordinadora del ataque, según investigaciones a las que tuvo acceso el rotativo.
Además, el texto del diario relata el posible móvil de ataque, un cobro de 23 millones de euros (25,5 millones de dólares) que la mujer tenía que entregar a una de las víctimas, Binyamin Yeshuron Sutchi, quien tras salir de prisión en Israel, viajó a México para cobrar esa deuda
Este dinero, según decía Sutchi, pertenecía a «hackers» que conoció estando preso y que habían estafado al sistema bancario europeo y enviado a México, donde cobraría una comisión de 5 millones de euros (5,54 millones de dólares) por cobrarlos.
«La Ciudad de México es un lugar de tránsito, operación, ocultación y negociación del crimen organizado», explicó a Efe, Gabriel Regino, un especialista en criminología por la Universidad de Salamanca (España).
Este doble asesinato «está dentro del contexto de violencia que se vive en la capital mexicana, pero tiene bastantes particularidades», dijo Regino, al señalar que de acuerdo con informes oficiales «se trató de una operación de un cartel (el de Jalisco) en la Ciudad de México.
Regino, quien fue subsecretario de Seguridad Pública de la capital mexicana dirigió en 2005 un operativo en la exclusiva zona de Polanco que terminó con la captura de Sutchi, quien fue deportado a Israel, donde estuvo en prisión y quien regresó a México con una falsa identidad.
Señaló que el asesinato de los israelíes representa «un reto mayor» para las autoridades, no sólo de la capital, sino también para las federales «porque se trata de grupos muy violentos que se sabe ya están operando en la Ciudad de México, lo cual complica más la situación, ante la posibilidad de que estos criminales mantengan sus conductas en la Ciudad de México.
El periódico Milenio apuntó que entre 1998 y 2016, la mujer rubia registró siete domicilios diferentes, seis en la Ciudad de México y uno en Guadalajara, para contratar servicios como telefonía celular.
Según las pesquisas a las que tuvo acceso el diario Milenio, esta mujer se reunió con las víctimas en al menos dos ocasiones en otro restaurante del sur de la capital mexicana.
De hecho, se presume que el asesinato de los israelíes ocurriría un día antes porque acordaron reunirse el 23 de julio, pero la «güera» canceló y les propuso la cita para el día siguiente.
El día después del ataque, la Procuraduría General de Justicia de la capital vinculó el asesinato de los dos israelíes con la mafia israelí y el crimen organizado que opera en la capital mexicana.