El Gobierno de Israel afirmó ese lunes que la relatora asignada por la ONU para monitorear los derechos humanos en los territorios palestinos «distorsiona los hechos y la ley» al acusarlo de estar perpetrando un genocidio en Gaza, y consideró que su posición forma parte de una campaña más amplia para poner en entredicho la existencia del Estado de Israel.
«Del informe se desprende claramente que la relatora comenzó con la conclusión de que Israel está cometiendo genocidio y luego trató de demostrar sus opiniones distorsionadas y políticamente impulsadas con argumentos y justificaciones débiles», dijo Israel en reacción a la publicación del informe que la relatora Francesca Albanese ha preparado para el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
En una posición oficial remitida por la Misión Diplomática de Israel ante la ONU en Ginebra, el gobierno sostuvo que Albanese «continúa su campaña de deslegitimación de la creación y existencia misma del Estado de Israel».
«El informe es una inversión obscena de la realidad», agregó.
En la reacción también se señala que «pretender acusar a Israel de genocidio es una distorsión escandalosa de la Convención sobre el Genocidio».
Albanese acusa al Estado judío de haber violado hasta en tres ocasiones la Convención desde que empezó la guerra en Gaza.
El informe de Albenese precisa que esos supuestos son: el asesinato de miembros de un grupo, con 32.000 palestinos muertos en cinco meses de conflicto; daños graves -físicos o mentales- a miembros de un grupo, y poner deliberadamente a un grupo en condiciones calculadas para su destrucción física, parcial o completa.
Según la relatora, las acciones de Israel están impulsadas por una lógica genocida esencial para su proyecto colonial en Palestina, al tiempo que recuerda de la existencia de prácticas tendentes a la limpieza étnica de los palestinos entre 1947 y 1949, y en 1967.