Jerusalén, 14 mar (EFE).- Israel ordenó hoy y a partir de mañana el cierre de negocios y establecimientos no esenciales para contener el coronavirus, incluyendo cafés, restaurantes o centros comerciales.
El primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, señaló que el objetivo es «garantizar los servicios vitales» para mantener la economía en funcionamiento y a su vez combatir la propagación de la pandemia, que en el país roza los dos centenares de infectados.
Las restricciones incluyen el veto a reuniones de más de diez personas, pero no suponen un paro completo: supermercados, bancos, farmacias, hospitales, industrias productivas y comercios esenciales seguirán en funciomiento.
Todo el sector del ocio, entreteniento o cultural -cines incluídos- quedará parado, pero las empresas privadas no están obligadas a cerrar.
Israel afronta la emergencia del coronavirus en pleno bloqueo político, después de tres elecciones no concluyentes en menos de un año que no han arrojado una mayoría parlamentara para formar gobierno, un proceso que el presidente, Reuvén Rivlin, deliberará mañana en consultas con los distintos partidos.
Ante la situación, Netanyahu apeló a crear «un gobierno de emergencia nacional» e invitó al centrista Beny Gantz, al ultraderechista Avigdor Lieberman y al laboralista Amir Peretz a juntarse en un ejecutivo.
«No hay tiempo para jugar a la política», dijo, y les llamó a negociar «esta misma noche».
Los israelíes contagiados por el COVID-19 han subido a 193, y el Ministerio de Sanidad prevé más infectados los próximos días.
Por el momento no ha habido ningún fallecido, y decenas de miles de personas están en cuarentena por prevención.
Las autoridades adoptaron esta semana otras medidas restrictivas: el viernes cerraron escuelas y universidades, a las que a partir de mañana se sumarán las guarderías y centros de educación especial.
También se cancelaron competiciones deportivas, y el tráfico aéreo se ha reducido al mínimo: los israelíes que regresan de cualquier punto de fuera del país tienen que estar catorce días en cuarentena, y los extranjeros deben acreditar que tienen una residencia válida para estar dos semanas aislados si quieren entrar.
El territorio palestino ocupado de Cisjordania, estrechamente conectado a Israel, tiene 38 casos diagnosticados. La mayoría en la urbe de Belén, bloqueada para impedir el contagio.
Gaza, bajo bloqueo israelí desde 2007, no ha registrado ningún caso, aunque más de 2.600 personas están aisladas por precaución.
El movimiento islamista Hamás, que gobierna de facto en la franja, anunció hoy el cierre de los cruces fronterizos con Israel y Egipto como prevención, mientras que escuelas y universidades permanecerán cerradas hasta finales de marzo.