GUADALAJARA, Jal. (EL UNIVERSAL).- Después de siete años de trabajar internamente Izack Zacarías comenzó a tomar un tratamiento hormonal para modificar su cuerpo, pero sobre todo trabajó con su familia y amigos para que asumieran su transformación y que es un hombre trans; en 2015 conformó una organización que hoy se ha convertido en una Asociación Civil que apoya a otras personas trans.
En su opinión hoy el tema de la violencia y la discriminación en contra de las personas trans es mucho más visible, pero eso no es suficiente para que las cosas cambien: «es un tema más visible e incluso ya está en la mesa de las instituciones públicas, sin embargo eso no garantiza nada; hay realidades más complicadas que otras, como la de las mujeres; además cuando desde la lectura social se te ubica en lo trans es donde vienen los problemas», dice.
Como persona trans critica el discurso feminista que excluye a las mujeres trans, piensa que en esa discusión no se está entendiendo que las violencias que viven las mujeres trans son muy similares a las violencias que viven las mujeres: «finalmente se les violenta como mujeres, al momento en que la sociedad las empieza a leer en las feminidades empiezan a vivir más acoso sexual, más discriminación en términos laborales, las mismas violencias en temas de pareja o familia; yo creo que habría que revisar ese discurso».
Ser hombre trans es más sencillo en una sociedad machista: Izack Zacarías
Su experiencia le dice que para los hombres trans es un poco más fácil transitar en una sociedad machista siempre y cuando no se le ubique como persona trans: «hablando desde las experiencias de Impulso Trans (la asociación que él preside), para los hombres trans sí puede ser más sencillo transitar en esta sociedad machista debido a la lectura corporal y la expresión de género, pero cuando empezamos a ser más visibles la sociedad empezó a enterarse de nuestras corporalidades y es cuando llegan las agresiones; pareciera que la invisibilidad que vivimos los hombres trans prácticamente nos salva la vida».
Desde Impulso Trans, Izack y quienes trabajan con él se han enfocado en la defensa de cuatro derechos fundamentales: la salud, la educación, el reconocimiento de la identidad de género y el trabajo.
«En la atención médica nos enfocamos en los tratamientos hormonales y cuestiones quirúrgicas, esto lo trabajamos tanto en el sector público como en el privado, capacitando y sensibilizado especialistas y conformando directorios médicos con profesionales amigables», indica.
Atención en tratamientos hormonales o quirúrgicos para personas trans aún es deficiente
Aunque en este rubro han tenido algunos logros, como que tanto el Hospital General de Occidente como el Hospital Civil de Guadalajara tengan áreas de atención para personas trans, la atención sigue siendo deficiente porque no hay presupuestos, ni protocolos y los médicos pueden actuar conforme a lo que piensan, crean, o consideren.
«A veces nos mandan a hacer estudios de laboratorio que a veces no tienen fundamento, el servicio es malo y tardado, dependemos mucho de la información o sensibilidad del médico de primer contacto para que te puedan derivar a otro nivel de atención, pero ahí de nuevo hay que cruzar los dedos para que el siguiente médico conozca del tema y te dé un tratamiento correcto; además no hay formación para los especialistas en tratamientos hormonales para personas trans«, refiere.
Desde finales de 2020 el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, publicó un decreto para que en el estado se reconozca la identidad de género autopercibida sin restricción de edad; es un tema fundamental –apunta Izack– pues no sólo se trata de permitir que las personas trans puedan modificar sus documentos de identidad.
«Nosotros no hemos quitado el dedo del renglón de que esto, más allá de un decreto, tiene que estar en el Código Civil para poder hacer mayor exigencia en los servicios de salud pública, para que se les dote con presupuesto, para que se hagan protocolos adecuados de atención, para poder exigir a que la Secretaría del Trabajo haga lo que le toca y así en cada una de las instituciones públicas«, refiere.
Es por ello que junto con otras organizaciones se han acercado de nuevo a la actual legislatura para cabildear el tema, y aunque como en ocasiones anteriores parece haber personas aliadas y apertura para hablar del tema, hay motivos suficientes para creer que, como antes «a la hora de la hora mandan el tema a la congeladora».