Tokio, 8 dic (EFE).-
Las autoridades monetarias japonesas aseguraron hoy que están vigilando «con mucha atención» la rápida subida del yen, tras dispararse durante la noche ante los rumores de un posible cambio de política monetaria del Banco de Japón (BoJ).
El yen subió bruscamente hasta las 141 unidades por dólar y las 154 unidades por euro durante la noche tras unos comentarios del gobernador del BoJ, Kazuo Ueda, en los que habría señalado que la entidad ya tiene en mente varias opciones para las tasas de interés una vez las saque de terreno negativo y se reuniera con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, en la víspera.
«Como siempre, evito hacer comentarios sobre la situación en el mercado de divisas y las medidas tomadas, ya que esto podría tener una influencia en la situación, pero queremos vigilar estos movimientos en el mercado con mucha atención», dijo hoy el ministro de Finanzas japonés, Shunichi Suzuki, en una rueda de prensa.
El encarecimiento del yen, que viene registrando desde el año pasado un progresivo abaratamiento que ha generado preocupación en el país y llevado a varias intervenciones monetarias previas, se produjo durante la madrugada, cuando la divisa rozó brevemente la barrera de los 141, mientras que al inicio de las negociaciones hoy en Tokio se intercambiaba entre los 142,49 y 144,31 yenes por dólar.
Esta caída se venía asociando con la divergencia creciente entre las subidas de tipos de interés que se han sucedido en Estados Unidos y la política monetaria del BoJ, que mantiene la tasa de referencia en terreno negativo y se ha mostrado partidario de mantener sus medidas de estímulo ultraflexibles.
En septiembre de 2022, el Gobierno japonés llevó a cabo la primera intervención sobre la divisa desde 2011, dirigida a sostener el valor de la moneda nacional, y la primera que involucró compra de yenes desde 1998.
Un yen débil beneficia a la facturación en el extranjero de las empresas japonesas, que ven infladas sus remesas al repatriarlas y mejora la competitividad de sus productos, pero también repercute negativamente en las cuentas nacionales al encarecer las importaciones en un país altamente dependiente de ellas.