Miami, 7 jun (EFEUSA).- El actor mexicano-estadounidense Jay Hernández, protagonista de la serie «Magnum P.I.», dijo en entrevista con Efe que cada vez hay más oportunidades para los latinos en el cine, pero «no por bondad en el corazón» de los estudios sino por la creciente audiencia hispana.
Durante una visita a Miami para promover la cuarta cinta de «Toy Story», Hernández, de 41 años, reconoció que «las cosas están cambiando» en las pantallas de Hollywood, en la que es más común ver rostros latinos, y ello se debe a que «hay una audiencia que consume» las producciones en las que se ven a sí mismos.
Considera esencial por ello «construir una comunidad creativa» en la industria (del entretenimiento) con escritores, productores, actores, directores, entre otros «para seguir contando historias de gente diversa».
«Me hace feliz el haber tenido una pequeña parte en este proceso», afirmó el actor, con más de dos décadas en la meca del cine y en la actualidad quizás el único actor de ascendencia latinoamericana en protagonizar en EEUU una serie en inglés en los canales en abierto.
«Estamos en un punto en el que tiene sentido financiero y creativo», agregó.
Durante su infancia y adolescencia en el área de Los Ángeles (California), donde se habían asentado sus bisabuelos mexicanos, la idea de ser actor ni se le pasó por la cabeza, pero, cual mito de hollywood, un representante de artistas se le cruzó en un ascensor.
«Me dio su tarjeta y me dijo ‘tienes un buen look, ¿quieres salir en películas?’. Pensé que me estaba viendo la cara de bobo, pero aquí estoy 20 años después», relató.
El año 2001 se convirtió en la envida de millones de adolescentes al protagonizar la película «Crazy/Beautiful», al lado de Kirsten Dunst, pero luego por años fue un «actor con trabajo» aunque sin protagonistas o personajes secundarios destacados.
Pero en 2016 interpretó al novio de Mila Kunis en «A Bad Moms Christmas» y al temible «El Diablo» en la cinta «Suicide Squad», a partir de lo cual su carrera despuntó. Dos años después se había convertido en Thomas Magnum en el «remake» de la serie que lanzó a la fama a Tom Selleck a mediados de la década de 1980.
Tener la oportunidad de estar como latino en proyectos icónicos como «Magnum P.I.» y ahora en «Toy Story 4» en esta coyuntura nacional es algo que le conmueve, señala.
«Cuando era joven y estaba comenzando me quisieron poner mucha responsabilidad encima. Me decían los niños (latinos) te van a admirar. Yo no lo veía así. Replicaba que solo estoy aquí para hacer mi trabajo y desarrollar mi carrera», relató.
«Pero han pasado los años, tenemos esta situación política. Hay mucha retórica y mucha negatividad y ser un modelo que ofrece algo positivo, no solo es necesario, sino algo que quiero hacer», afirmó.
En ese sentido, que la cadena CBS haya dado luz verde a una segunda temporada de «Magnum P.I.» se le hace más dulce y se halla emocionado de retornar la próxima semana a Hawai para grabar y de paso conducir nuevamente el icónico Ferrari 488 Spider del investigador privado.
«Crecí loco por ese auto», reconoció.
En la cuarta entrega de la saga animada «Toy Story» pone la voz al papá de Bonnie, la niña que heredó los juguetes de Andy, el menor protagonista de las dos primeras cintas y dueño de ese grupo de juguetes encabezados por Woody y Buzz Lightyear.
Además de sus compromisos con «Magnum P.I.» Hernández ha participado en otras áreas dentro del mundo del cine. En 2018 se convirtió en el productor ejecutivo de la película de horror «You are not alone», que actualmente está en etapa de post-producción y aun no tiene fecha de estreno.
Hernández usa sus redes sociales, en particular Twitter, para promover las causas importantes para él, como el respeto a los latinos y la protección del medioambiente.
«A veces me enojo muchísimo (con lo que está pasando) y lo que hago es tratar de educar a los que me siguen», explicó.
El respeto es algo que le viene de familia, al igual que su nombre real, Javier Manuel Hernández , que heredó de su abuelo paterno, aunque dice que en su casa le llamaban de otra forma.
«Me decían ‘el chango’ (mono) porque siempre estaba subido a un árbol y mi fruta favorita eran las bananas», recordó entre risas.