México, 11 jun (EFE).- Alfonso Romo, jefe de la Oficina del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, defendió este martes que las empresas privadas deben participar en el desarrollo del sector energético mexicano.
«Para allá vamos, creo que vamos avanzando», dijo Romo en la inauguración de la Reunión Nacional de Consejeros Regionales del BBVA celebrada en Ciudad de México.
El máximo asesor del presidente mexicano pidió a los empresarios que ayuden a convencer a López Obrador de la necesidad de que las firmas privadas participen en el desarrollo del sector energético, algo que el líder izquierdista siempre ha visto con recelo.
«Deben convencer que sin participación de todos ustedes, el país no tiene los recursos para la magnitud de lo que se necesita», dijo Romo, quien también preside el Consejo para el Fomento a la Inversión, el Empleo y Crecimiento Económico.
El jefe de Oficina de Presidencia desveló que López Obrador está cambiando su opinión sobre la reforma energética del presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) que abrió el sector energético a las empresas privadas tras décadas de monopolio estatal.
De acuerdo con Romo, el presidente mexicano ha pasado de oponerse a la reforma a «respetar los contratos» adquiridos por México e incluso está dispuesto a «abrir nuevas rondas petroleras».
Estas rondas ayudarían a solucionar la crisis de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), sumida en una enorme deuda y a una baja producción petrolera.
«Pemex no puede sola, por eso necesitamos la inversión privada», dijo Romo, quien dijo que rescatar la petrolera estatal «es una obligación».
Además, dijo que si López Obrador quiere un crecimiento económico del 4 % anual durante su mandato, no hay «más opción que invitar al sector privado», al cual definió como «el motor del orgullo de México».
Romo defendió el acuerdo migratorio alcanzado el viernes con Estados Unidos, el cual evitará la imposición de aranceles a las exportaciones mexicanas, como pretendía el presidente Donald Trump.
De acuerdo con Romo, durante la negociación «se privilegió la estabilidad de la economía» de México, lo que supuso «un mensaje muy fuerte de compromiso con el libre mercado».
En cambio, Romo admitió que la cancelación a finales del 2018 de las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), impulsado por Peña Nieto, minó la credibilidad del nuevo Gobierno al inicio de su mandato.
«Debo aceptar que la forma en cómo se tomó la decisión del aeropuerto de Texcoco puso en duda mucho la credibilidad de este Gobierno eso hay que aceptarlo», dijo.