Para un deportista de alto rendimiento el objetivo siempre será ganar, aunque cada quien conoce su condición y sus limitaciones, pero también la preparación a la que se someten a través de los entrenamientos para lograrlo.
Jonathan Muñoz Martínez ha superado múltiples pruebas, pero su preparación ha sido incansable, muestra de ello es su logro más reciente, pues fue el primer mexicano que ganó una medalla de oro en los recientes Juegos Panamericanos 2019 que se llevaron a cabo en Lima, Perú, y que llenó de orgullo a él, a su familia y a infinidad de mexicanos.
¿Por qué elegiste la halterofilia?
Bueno, mis papás desde niño me inculcaron el deporte, la disciplina, entonces de pequeño practiqué el futbol, intenté hacer judo y duré como 5 años en natación, pero conforme crecí me llamó la atención lo que hacía mi papá en el gimnasio, como era levantar pesas.
He de decir que él también fue deportista de alto rendimiento en esta misma disciplina y también fue olímpico, de hecho es mi entrenador.
Yo lo acompañaba a entrenar y mientras él hacía lo suyo, yo empecé a agarrar barritas y poco a poco más peso, así fue como me convencí que también era lo mío.
Cuando tenía unos 12 o 13 años le dije que yo quería hacer lo mismo, obvio le dio gusto pero también me puso la condición de que tendría que comprometerme, y aquí estoy.
¿Y a poco querías competir desde niño?
¡Si claro! mi idea siempre fue competir, no sólo levantar las pesas como pasatiempo o sólo para hacer ejercicio, yo quería sentir lo que era estar en una competencia y ganar.
En el 2008 fui a mi primera Olimpiada Nacional y ahí creo que quedé como en cuatro lugar, entonces decidí dejar la natación en definitiva y me empiezo a preparar mejor en esta disciplina y en 2009 gané la medalla de bronce.
En el 2010 y 2011 me quedé con la plata, y de ahí a la fecha es que decidí subir de categoría, ahorita estoy en la Mayor, desde hace unos 4 años.
Si desde niño ya estuviste en el deporte profesional, ¿disfrutaste tu infancia?
Por supuesto que he gozado cada etapa de mi vida, de niño obviamente hice cosas de niños, no fui muy travieso porque me ocupaba en el deporte que es lo que siempre me ha gustado, pero sí, tal vez algunas travesuras inocentes que no pasaron a mayores.
En mi casa mi mamá muy consentidora y mi papá igual, tengo un hermano menor y los dos estamos chiqueados, creo que de más, pero también nos han dado independencia y seguridad, eso nos ha permitido hacer lo que amamos.
Mi hermano también es atleta de alto rendimiento y es seleccionado nacional y siempre hemos sido cómplices, soy más grande que él 7 años y eso nos impidió tal vez tener juegos infantiles conjuntos, pero somos muy buenos amigos y confidentes.
¿Y los estudios Jonathan, cómo le has hecho para combinarlos sin descuidar el deporte y las calificaciones?
Ah bueno, ahí si hemos batallado un poquito, sobre todo en la Universidad, acabo de salir, me acabo de titular hace unos 15 días.
En la secundaria, que es cuando empecé en la halterofilia, no batallé mucho, pues en la escuela hubo comprensión y si los campamentos de preparación o las competencias coincidían con algún examen, me daban oportunidad para hacerlo en otras fechas. Eso sí, la exigencia de estudiar siempre fue tanto de mis papás como de los maestros.
¿De que te graduaste?
Acabo de terminar la Licenciatura en Entrenamiento Deportivo, esta carrera la empecé en Nuevo León y la terminé en la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Yo quise estar en la UAA y en su momento saqué ficha para ser gallo, pero el examen de admisión fue precisamente un día en que yo tenía que estar en el Comité Olímpico Nacional en un entrenamiento y no se me dio la oportunidad de hacerlo después, pues tampoco hubo lugar para mí.
Entonces me fui a Nuevo León, pero allá me desilusioné porque las materias no eran lo que yo creí que contendría la carrera, por eso decidí cambiarme a Sinaloa y allá hice la licenciatura.
Una vez que terminé la carrera, estoy al pendiente para hacer mi servicio social y en noviembre o diciembre que me entreguen mi título, pues sí tengo la ilusión y las ganas de ejercer.
Quiero cursar una Maestría y un Doctorado también que tenga relación con el Deporte, y esos son algunos planes inmediatos en cuanto a los estudios.
¿Qué haces en tu tiempo libre, si es que lo tienes?, y quisiera saber ¿si acaso extrañas algo por tener una agenda deportista llena?
Si tengo algo de tiempo que aprovecho para ir al cine, me gusta mucho ver películas, pero no tanto en la casa, mas bien me gusta ir al cine, me gusta la aventura y las comedias.
Tengo amigos, pocos porque precisamente mi compromiso con el deporte me ha limitado en algo, pero me he quedado con los que hice durante la preparatoria con los que sí convivo siempre que estoy en Aguascalientes, compartimos tiempo de calidad.
¿Lo que extraño?, pues he llegado a extrañar la convivencia en familia, incluso me he perdido tal vez 8 fiestas de cumpleaños de mi hermano por los compromisos, pero sé que el deporte de alto rendimiento conlleva muchos sacrificios, entre otros perder la vida social.
¿Tienes novia?
-Suelta una ligera risa y pide que la pregunta sea omitida-, he de reconocer que hay 2 niñas por ahí, pero también tengo que dejar claro que tengo compromisos con el deporte por lo que viene y no debo tener tantos distractores, he dicho que por el momento tengo que estar concentrado y luego vendrán otras cosas, como es una relación con seriedad.
¿Qué te ha dejado la halterofilia?
Mucho, pues el hecho de haber empezado desde chico me ha dado oportunidades y he alcanzado metas. Tengo 23 años y ésta es una disciplina en la que un atleta se puede desarrollar por completo hasta los 28 años, así que tengo todavía mucho por delante.
Este deporte me ha hecho ser un hombre sensato, equilibrado, vivo en armonía con mi persona, con la familia; tengo disciplina en mi vida diaria, en mi alimentación y en los entrenamientos. Es un deporte que me hace olvidar todo cuando estoy entrenando y en una competencia no hay nada más.
¿Qué sentiste cuando estabas en el podio en el primer sitio en Lima 2019?
Creeme que me sentía muy emocionado, pensaba en todo y nada a la vez. Ya quería que terminara la premiación y me colocaran la medalla; yo sabía que mi papá ya estaba enterado que había quedado en primer lugar, pero quería decírselo yo, quería llamarle por teléfono para gritarle mi emoción y el resultado del esfuerzo. El 27 de julio de 2019 no se me olvidará.
He tenido complicaciones y lesiones pero las he superado, he demostrado tener capacidad y ahora, aspira a ser parte de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, lugar que espera ganar.