Juchitán de Zaragoza (México), 7 sep (EFE).- Dos años después del terremoto, en el municipio de Juchitán, estado mexicano de Oaxaca, las historias de contrastes abundan.
Viviendas destruidas por la fuerza del movimiento sísmico de magnitud 8,2 permanecen intactas, como si el tiempo se hubiera detenido en ellas, mientras en otros lugares, los comercios imponentes dan una engañosa imagen de florecimiento, igual que casas de alegres colores construidas en dos plantas que destacan junto a cerros de escombro o lotes baldíos.
Modernización y avance, tristeza y olvido, los dos rostros de un mismo pueblo.
Edificios históricos, centros educativos y culturales junto con espacios religiosos permanecen en ruinas y decenas de hermosas casas antiguas de corte colonial se convirtieron en farmacias, locales comerciales y negocios de inversionistas foráneos.
A sus 68 años, la señora Migdalia Jiménez Martínez, quien logró salvar su vida esa noche junto con su esposo, recuerda entre lágrimas que creyó que jamás volvería a tener una casa.
Durmió durante meses bajo lonas de plástico soportando viento, frío, lluvia, sofocantes calores, y lavando en una bandeja la poca ropa que llegó a su manos en forma de donativo pues todo lo perdió la noche del terremoto.
En la vivienda contigua su hija Rosa Elía Luis Jiménez no corrió con la misma suerte. Salvó la vida con su esposo y sus dos hijos pero la casa que le había heredado su madre se derrumbó totalmente y a pesar de haber sido censada no ha recibido un solo centavo de ayuda gubernamental.
«Dicen que van a resolver el problema y van a encontrar el error pero hasta ahora no hemos recibido nada del Gobierno», dice desalentada.
El titular de la Comisión Estatal de Vivienda (CEVI), Jesús Alfonso Martínez Ruiz, estima que unas 15.000 viviendas de las 26.000 reportadas con pérdida total en la región han sido reconstruidas, lo que equivale a un 70 % de avance.
Este sábado, la Red Nacional de Damnificados organizará en la Ciudad de México su XIII Encuentro Nacional para exigir que se contemplen recursos para todos los afectados en el presupuesto federal 2020, dijo el vocero de la región sur de la Red, Ulises Luna en entrevistado con Efe.
Hasta el último día de agosto, el gobernador de Oaxaca Alejandro Murat informó que su Gobierno contrató un crédito por 1.000 millones de pesos (unos 51 millones de dólares) que fueron dispersados a través de Banobras aportando unos 30.000 pesos (unos 1.535 dólares) para que las tarjetas de los damnificados sumaran los 120.000 pesos (unos 6.142 dólares) para casas con pérdida total y 10.000 pesos (unos 511 dólares) para las de pérdida parcial.
Los beneficiarios con pérdida parcial, sin embargo, están programados para ser atendidos hasta el 2020, según el Gobierno federal.
En Oaxaca se tienen una estimación de poco más de 1.100 escuelas dañadas por los sismos y a la fecha han sido rehabilitadas o reconstruidas unas 135, pues algunas empresas constructoras abandonaron las obras por retraso en los pagos o subcontrataron a otras empresas que al cobrar los contratos no liquidaron a quienes subcontrataron y estos suspendieron la construcción de los edificios escolares.
En tanto, durante cuatro días seguidos, maestros y padres de familia bloquearon carreteras como medida de presión para que se concluyan las obras de reconstrucción de las escuelas.
Hasta ahora en la región del Istmo 11 mercados ya fueron reconstruidos con ayuda de fundaciones y agrupaciones filantrópicas y se espera que en las próximas semanas se entreguen los mercados de Juchitán y Salina Cruz que solo atienden detalles menores para ser ocupados.
Pero en medio del esfuerzo nacional de reconstrucción las cifras se confunden, se elevan o se reducen de un día a otro.
Cada dependencia y cada organismo maneja sus propios números mientras las autoridades locales, como el alcalde juchiteco, Emilio Montero, ignora cifras, desconoce datos y solo espera que este sábado en el acto para conmemorar el segundo aniversario del terremoto, alguien le informe de avances y pendientes en materia de reconstrucción.
La diputada local Laura Estrada Mauro reprochó en el Congreso local junto con otros legisladores que a dos años del terremoto no existan reportes de reconstrucción.
«No se ha concretado lo que se ofreció desde hace dos años, particularmente en las escuelas no se ha notado el avance. La gente está inconforme y molesta porque todo sigue igual», dijo el pasado miércoles en la sesión.
Aquel día los legisladores aprobaron un punto de acuerdo para exigir al Gobierno estatal y a las organizaciones encargadas de construir los centros educativos un informe detallado sobre los avances en reconstrucción.
El secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Román Meyer, dijo que a Oaxaca, la entidad más afectada por los sismos, le correspondían 4.700 millones de pesos (unos 240 millones de dólares) para 21.000 acciones en reconstrucción de viviendas, escuelas, edificios públicos, centros de salud y casas de cultura.
Se espera que en Juchitán este sábado se coloque la primera piedra del inicio de los trabajos de reconstrucción del palacio municipal que costará 85 millones de pesos (unos 4,3 millones de dólares) y se reanuden las obras de reconstrucción de la iglesia de San Vicente y la Casa de la Cultura de la ciudad.
Mientras tanto, Juchitán vive dos realidades diferentes.