El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha enviado un mensaje de condolencia a la autoridades iraníes por el fallecimiento del presidente Ebrahim Raisí en un accidente de helicóptero, según informó hoy la agencia estatal KCNA.
El mensaje, dirigido al presidente interino de Irán, Mohamad Mojber, dice que «el fallecimiento del presidente es una gran pérdida para el pueblo hermano de Irán y las gentes del mundo que aspiran a la independencia y la justicia», según KCNA.
«El presidente iraní fue un hombre de Estado sobresaliente y un amigo cercano del pueblo coreano que hizo una gran contribución a la causa del pueblo iraní al defender la soberanía, el desarrollo e intereses del país y los avances de la revolución islámica», añade el mensaje de Kim.
El líder norcoreano se mostró «convencido de que el Gobierno y pueblo iraníes superarán con paso firme el dolor de esta gran pérdida y avanzarán con vigor y valentía en la construcción de un Irán poderoso y próspero» y deseó que los familiares de Raisí «recobren la estabilidad lo antes posible».
Raisí perdió la vida el fin de semana en un accidente de helicóptero ocurrido en una zona montañosa de la provincia iraní de Azerbaiyán Oriental en el que murieron otras ocho personas, incluido el canciller Hosein Amir Abdolahian.
Tras el accidente, el hasta ahora vicepresidente primero, Mohamad Mojber, lidera el Ejecutivo iraní, después de que así lo aprobara el líder supremo de Irán, Ali Jameneí.
Corea del Norte e Irán mantienen relaciones diplomáticas desde principios de los setenta y en los últimos meses han comenzado a revitalizar sus lazos.
Muchos expertos sospechan que ambos países pueden estar interesados en reforzar su cooperación en el área de defensa.
Desde hace décadas se cree que Pionyang y Teherán han intercambiado tecnología de misiles balísticos y actualmente se investiga la posibilidad de que algunos de los misiles que la república islámica disparó recientemente contra Israel cuenten con componentes o tecnología del régimen de Kim Jong-un.
Pionyang, que lleva cinco años rechazando volver a la mesa de diálogo con Washington, está redibujando su estrategia diplomática con especial énfasis en el último año, en el que ha reforzado su acercamiento también con Rusia o Bielorrusia.