Venecia (Italia), 30 ago (EFE).- La actriz estadounidense Kristen Stewart no esconde los temores que vivió al saltar a la fama en su juventud con la saga «The Twilight», pero ahora se siente preparada para afrontar la popularidad y para expresar su pensamiento político.
Así lo aseguró hoy en la Mostra del Cine de Venecia, al mirarse en el espejo de la actriz Jean Seberg, icono de la «Nouvelle Vague» que acabó suicidándose en 1979 y a la que da vida en la película «Seberg», presentada en el festival fuera de competición.
«Sí, estoy preparada para cualquier cosa y para afrontar esta popularidad. Estoy muy orgullosa de las personas con las que he trabajado recientemente (…) No me intimida esto», zanjó con aplomo al ser preguntada por las sombras de la fama.
En cualquier caso reconoció que no piensa mucho en ello, por lo que cree que puede vivir «esta experiencia de un modo extremadamente natural».
Stewart, de 29 años, aseguró que mantiene una interacción con su público a pesar de que no use las redes sociales como hacen otras estrellas de su generación.
En este sentido expresó sus temores sobre un clima, el actual, en el que, a su parecer, se vive una importante «polarización política» pero avanzó que no tiene intención de esconder sus opiniones.
«Aunque estemos viviendo un clima de polarización política en este momento, no es difícil para mi mostrar mi opinión política en las conversaciones que mantengo, creo se ve mi tendencia política», reconoció.
Y es que algo ha cambiado desde el enorme éxito que le granjeó su papel como Bella Swan desde el comienzo de la saga «The Twilight» en 2008: «Cuando era más joven me sentía más insegura, ahora estoy satisfecha de haber asumido esta posición», afirmó.
«Me siento abierta, capaz de comunicarme con los demás, sé lo que piensan los demás de mí, pero no estoy completamente comprometida socialmente. Simplemente no escondo mis opiniones. Hace algunos años me decía ‘debes protegerte’. Ahora me siento bien», zanjó.
Ahora Stewart se mete en la piel de Jean Seberg, una estrella fugaz que pasó de protagonizar «À bout de souffle» (1960), de Jean-Luc Godard, a sumergirse en una vorágine de destrucción, hostigada por el FBI, que derivó en el suicidio.
Sobre Seberg, la joven actriz destacó «su necesidad exuberante por conectar con la gente», una característica por la que quizá entró en contacto con el activismo político, especialmente con la lucha del «poder negro» contra el odio racial en Estados Unidos.
«Es la imagen de una mujer que sufrió un derrumbe por una serie de motivos, porque ella efectivamente se arriesgó, y es una historia muy importante, especialmente en la actualidad», señaló Stewart, aún con el característico pelo corto del personaje al que ahora da vida.
Y reivindicó su memoria: «Deberíamos conocerla más», dijo, justo hoy, cuando además se cumplen cuarenta años de la muerte de Seberg.
«No todas las actrices quisieran ser miradas como ella parecía que quería ser vista, como diciendo ‘miradme, soy auténtica», sostuvo.