México, 24 sep (EFE).- Reproches, amenazas, silencios y una particular encuesta protagonizan la enconada batalla por el liderazgo del partido del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que ya entró en la recta final para renovar su dirección tras meses sin nadie oficialmente al frente.
Mientras el presidente mexicano se desentiende de su partido, las fracciones del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se enfrentan con los ojos puestos en las elecciones intermedias del próximo año y en la sucesión de López Obrador.
Estas son las claves de la actual lucha por el control y el poder en Morena:
1- UN PARTIDO DESCABEZADO SIN LÓPEZ OBRADOR
Todo comenzó cuando López Obrador, quien creó Morena a su imagen y semejanza, dejó la dirección para poder contender en las presidenciales de 2018, en las que arrasó con el 53 % de los votos.
Su sustituta, Yeidckol Polevnsky, debía convocar en noviembre del año pasado una elección interna para renovar la dirección, pero lo aplazó indefinidamente por irregularidades en el censo y por conflictos entre sus facciones.
Tras esta decisión, sectores del partido impulsaron un congreso extraordinario en contra de la presidenta del partido y la sustituyeron por el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar bajo el encargo de retomar la elección interna, algo que tampoco se concretó por la pandemia de COVID-19.
Y frente a este caos, López Obrador optó por mantenerse al margen de todo, asegurando que es «el presidente de todos los mexicanos» y no debe meterse en asuntos partidistas.
2- LA PECULIAR ENCUESTA PARA RESOLVER EL ENTUERTO
Ante este bloqueo y la falta de un censo de militantes confiable, el Tribunal Electoral intervino con una decisión inédita: ordenó al Instituto Nacional Electoral (INE), encargado de organizar las elecciones en el país, hacer una encuesta nacional para elegir al nuevo presidente y secretario general del partido.
El INE inició el martes una preencuesta para definir cuáles son los seis candidatos que concurrirán en la encuesta definitiva, la cual tendrá lugar entre el 2 y el 8 de octubre.
Aunque la autoridad electoral estipuló que solo se tomarán las respuestas de quienes se declaren «simpatizantes o militantes» del partido, varios sectores de Morena han denunciado que al ser una encuesta abierta a la población, la oposición podrá sabotear el resultado.
Aunque acató la orden del Tribunal Electoral, el INE también expresó su malestar por la imposición, pues entre sus funciones no está hacer este tipo de encuestas.
3- LOS PESOS PESADOS QUE ASPIRAN AL LIDERAZGO
Entre los 100 precandidatos registrados, hay claros pesos pesados de la política mexicana, como el líder de Morena en la Cámara de Diputados, Mario Delgado, único aspirante que defendía el mecanismo de la encuesta, quien según analistas tiene el apoyo del canciller, Marcelo Ebrard.
Su gran rival será el veterano político Porfirio Muñoz Ledo, de 87 años, quien a lo largo de su trayectoria ha pasado por varios partidos llegando a presidir el PRI y el PRD, y actualmente es una voz crítica con López Obrador dentro de Morena.
La competición no se prevé nada pacífica, puesto que Muñoz Ledo, que tendría el apoyo de la alcaldesa de la capital mexicana, Claudia Sheinbaum, amenazó al canciller Ebrard con expulsarlo del partido por su apoyo a Delgado.
«Desde que entramos a este gobierno, el presidente López Obrador nos dijo que necesitábamos convicción para estar aquí. Y eso opera como una vacuna contra la mezquindad y la calumnia, no vamos a distraernos», contestó el secretario de Exteriores.
En la encuesta también quieren participar la depuesta Polevnsky, con un apoyo muy disminuido, y el politólogo Gibrán Ramírez, un habitual de las tertulias políticas en televisión.
4- EL OJO PUESTO EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES
El objetivo de liderar el gran partido de la izquierda mexicana, tradicionalmente muy fragmentada, esconde la ambición de elegir a los candidatos morenistas en las elecciones del próximo año, cuando se renovará la Cámara de Diputados y 15 de los 30 gobiernos estatales.
Pero sobre todo está en el horizonte la elección presidencial de 2024, en la que ya se estarían posicionando el canciller Ebrard, la alcaldesa Sheinbaum y el líder de Morena en el Senado, Ricardo Monreal.
Sea cual sea el resultado, Morena afrontará el reto mayúsculo de concurrir en las elecciones venideras sin la popular imagen de López Obrador.