Aguascalientes.- Tras la polémica entre la comunidad universitaria y legisladores panistas locales por una iniciativa de reforma a la Ley Orgánica de la institución, la mañana de este jueves se develaron las letras doradas de la Benemérita Universidad Autónoma de Aguascalientes.
Lo anterior en sesión solemne del Congreso del Estado, en la que se contó con la presencia del rector de la Máxima Casa de Estudios, Francisco Javier Avelar González, así como del presidente de la Junta de Gobierno de la institución, Arturo Revilla Guerra.
En su intervención, el presidente de la Mesa Directiva del Poder Legislativo, diputado Alejandro Serrano Almanza, reiteró el reconocimiento a la Universidad Autónoma de Aguascalientes por ser símbolo de excelencia, avance educativo y progreso social en la Entidad, además que constituye una plataforma de alumnos y egresados para ser profesionistas de éxito.
Así mismo subrayó que el término de Benemérita se refiere a que algo es digno de galardón, que merece premio, agradecimiento y estimación por sus servicios, destacando que dicha distinción ha sido otorgada a personas o instituciones de especial relevancia histórica, social, cultural o educativa.
Destacando que por ello mismo es que en meses pasados el Congreso del Estado aprobó otorgar la distinción y declaratoria de Benemérita a la Universidad Autónoma de Aguascalientes en reconocimiento a su trayectoria histórica y contribuciones al desarrollo educativo, social, económico, político y cultural de la Entidad.
Reconocimiento que se hace luego de un fuerte encontronazo entre la autoridad universitaria y el presidente de la Junta de Coordinación Política del Poder Legislativo, recordando en este sentido que apenas hace una semana se daba a conocer que el coordinador de la banca mayoritaria en el Congreso de Aguascalientes, Guillermo Alaniz de León, habría presentado vía Oficialía de Partes una iniciativa de reforma a la Ley Orgánica de la UAA.
La misma fue rechazada de manera generalizada, toda vez que a decir de la comunidad universitaria violentaba la autonomía de la Máxima Casa de Estudios y ante la reacción que provocó la iniciativa entre los estudiantes, ex-alumnos, así como en las autoridades universitarias y los propios ex-rectores, el legislador promovente optó por retirar la misma.