La gripe no causa más muertes que la COVID-19, en contra de lo que sostienen negacionistas que han redoblado sus mensajes a favor de esta tesis en redes sociales tras el polémico llamamiento del presidente de EEUU, Donald Trump, a convivir con la pandemia como con esa enfermedad, sin restricciones.
Al día siguiente de su regreso a la Casa Blanca tras haber sido hospitalizado como enfermo de coronavirus, Trump publicó en Twitter: «¡Se acerca la temporada de gripe! Mucha gente todos los años, a veces más de 100.000 y a pesar de la vacuna, muere por la gripe. ¿Vamos a cerrar nuestro país? No, hemos aprendido a vivir con ella, al igual que estamos aprendiendo a vivir con la COVID, en la mayoría de las poblaciones mucho menos letal».
Twitter ocultó la publicación con una advertencia de que violaba las reglas de la red social «sobre la difusión de información engañosa y potencialmente dañina relacionada con la COVID-19», aunque permitía acceder a ella por su «interés para el público».
Por su parte, Facebook eliminó completamente el mensaje del presidente de EEUU al considerar que se trataba de «información incorrecta sobre la gravedad de la COVID-19».
Trump no es el único que minimiza el peligro del coronavirus con esta idea. En redes sociales han circulado recientemente contenidos que comparten la tesis de que el número de muertes por COVID-19 es inferior al causado por la gripe. Algunos usuarios de Twitter atribuyen a esa enfermedad centenares de miles de fallecidos cada año solo en España y otros hablan de 1,5 millones anuales en el mundo.
DATOS: Lo cierto es que la mortalidad causada por la gripe no es mayor que la provocada por la COVID-19 ni en EEUU ni en el mundo, como tampoco lo es en España, según reflejan las estadísticas, y lo mismo ocurre con la tasa de letalidad de ambas enfermedades.
Un experto en epidemiología consultado por EFE confirma además haber observado, en estudios realizados durante años, que el impacto de la COVID-19 en mortalidad duplicaba el promedio del de la gripe, pero advierte de que una comparación válida entre ambas variables es muy cuestionable porque, con los sistemas de medición empleados, la mortalidad por gripe está infravalorada y la de coronavirus realzada.
NI EN EEUU NI EN EL MUNDO
En su polémico mensaje, Trump destacaba que a veces mueren 100.000 personas por la gripe a pesar de la vacuna. Según cálculos de los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC), durante la última temporada de gripe estacional, entre octubre de 2019 y el pasado abril, fallecieron en Estados Unidos por esta enfermedad entre 24.000 y 62.000 personas.
Aunque la horquilla de este cálculo es muy amplia, el cómputo más pesimista queda muy por debajo de las cerca de 213.000 muertes contabilizadas hasta este viernes en EEUU como víctimas de la COVID-19, según los datos actualizados de la Universidad Johns Hopkins (JHU).
Esta misma institución sitúa ya en más de 1,06 millones de personas el número de fallecidos por la pandemia en todo el mundo. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS), a partir de los datos proporcionados por cada país el pasado día 4, facilitaba una cifra global cercana a 1,03 millones. Y precisaba que el número de muertes había crecido un 7 % durante los últimos siete días.
En cambio, las enfermedades respiratorias relacionadas con la gripe estacional causan en todo el mundo entre 290.000 y 650.000 muertes anuales, una cifra muy inferior, según los últimos cálculos de la OMS y los CDC estadounidenses, que fueron hechos públicos en diciembre de 2017.
EUROPA: MUCHO MÁS LETAL EL CORONAVIRUS
En Europa, la UE no dispone de datos globales recientes sobre fallecimientos por gripe estacional. El pasado marzo, la Comisión Europea hizo público un estudio en el que destacaba cómo 2016 había sido un año excepcional en que el número de muertes había descendido hasta 4.186 en todo el territorio comunitario, lo que suponía 9 fallecidos por millón de habitantes.
Esta tasa era muy inferior a la de 58 muertes de gripe cada millón de habitantes registrada en la Unión Europea el año anterior. En todo caso, el número de fallecidos por COVID-19 en países comunitarios supera ya los 9.500 solo en Alemania, los 10.100 en Bélgica o los 32.500 en Francia.
En el caso de España, la cifra oficial de muertes por coronavirus sobrepasa estos días los 32.600, ocho veces más que los cerca de 3.900 fallecimientos por gripe estacional registrados en la temporada 2019-2020, según los datos del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) perteneciente al Instituto de Salud Carlos III.
Durante la temporada anterior (2018-2019), las muertes atribuibles a gripe en España habían llegado a 6.300, pero esa cifra sigue siendo cinco veces inferior al cálculo oficial de fallecidos hasta ahora por COVID-19 en este país.
«SIMILAR SI LA POBLACIÓN NO SE VACUNARA CONTRA LA GRIPE»
Un equipo de investigadores españoles lleva varios años evaluando en Navarra el impacto de la gripe en la mortalidad a partir de tomas de frotis en fallecidos y han comparado esa experiencia con la primera onda pandémica de coronavirus en marzo. ¿Resultado? El impacto de la COVID en la mortalidad «fue aproximadamente el doble» que el observado en las ondas gripales como promedio.
Así lo explica a EFE el responsable de esta investigación, Jesús Castilla, experto del Grupo de Trabajo de Vacunas de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) y médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública.
«Visto de otra manera, el impacto de la COVID en mortalidad sería similar al que tendría una onda gripal promedio si no se vacunase a la población contra la gripe», subraya este experto.
El doctor Castilla puntualiza en todo caso que hacer comparaciones realmente válidas entre mortalidad por gripe y por coronavirus es «muy cuestionable», porque «no se están midiendo de la misma forma» las dos enfermedades, de modo que «la mortalidad por gripe está infravalorada y la mortalidad por COVID-19 está especialmente realzada».
Argumenta que, por lo general, «la asignación de las muertes a causas concretas está bien resuelto cuando la causa es una» -accidentes, causas violentas…-, pero «en personas mayores la mayoría de las muertes son por la suma de varias causas».
«En estos casos la defunción se suele asignar a enfermedades crónicas de base; y las causas detonantes, que frecuentemente son enfermedades infecciosas agudas como la gripe, no son tenidas en cuenta», explica el doctor Castilla. «Por este motivo -añade-, la gripe ha estado sistemáticamente infravalorada como causa de muerte».
Ese efecto se ha tratado de suplir con estimaciones indirectas del impacto de la gripe en la mortalidad, como hacen el Ministerio de Sanidad y la OMS, pero él precisa que «la validez de estas estimaciones no está demostrada», mientras que, con el coronavirus, el fallecimiento de alguien que ha dado positivo «muy probablemente quedará clasificada como muerte por COVID» aunque sea solo «uno de los múltiples factores que han desencadenado la muerte».
TAMPOCO HAY MENOS MUERTES ENTRE EL TOTAL DE CONTAGIADOS
Otro factor que permite comparar los efectos de la gripe y de la COVID-19 es la tasa de letalidad, un indicador que no mide la proporción de fallecidos respecto al total de la población, como la tasa de mortalidad, sino respecto al conjunto de personas que han sido contagiadas por coronavirus.
Tampoco este indicador es superior entre los enfermos de gripe. La OMS ha avalado varios estudios que calculan la tasa de letalidad de la COVID-19 en un 0,6 % de los contagios, aunque otras estimaciones indican que es algo mayor y la aproximan al 1 %, pero la de la gripe estacional es del 0,1 %.
En EEUU, la tasa de letalidad de la gripe rondaba también ese 0,1 % en la temporada 2019-2020, según los datos de los CDC, frente al 2,8 % que supone en ese país la proporción de fallecidos por COVID-19 respecto al total de casos de coronavirus. Y en España, la tasa de letalidad por coronavirus era este viernes del 3,9 %, frente al 0,63 % de la gripe estacional.
Además, lo que hace peligroso al nuevo coronavirus no es únicamente su mortalidad o su letalidad, sino también la facilidad con que se contagia, un factor que se mide a través del denominado «número de reproducción» (R0) y que permite determinar el promedio de casos nuevos que causará una persona infectada durante el período de contagio.
También en eso supera a la gripe. Según cálculos de expertos, el factor R0 del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, se sitúa entre 1,5 y 3,5 contagios por infectado, mientras que en la gripe estacional este número de reproducción oscila entre 0,9 y 2,1.