México, 17 mar (EFE).- Tras una larga montaña rusa de negociaciones entre México, Estados Unidos y Canadá, el tratado de libre comercio T-MEC logró ser ratificado pero lo hizo en el peor momento posible: ante una grave crisis económica global desatada por el coronavirus que diluirá los beneficios del acuerdo comercial.
Expertas consultadas por Efe coincidieron este martes que el débil contexto económico dificulta la aplicación y los efectos previstos para la economía mexicana del acuerdo que sustituye el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de 1994.
«En un escenario normal, el T-MEC habría ocasionado una mayor inversión extranjera directa a México, pero ahora las empresas están en otras cosas, intentan sobrevivir», explicó este martes a Efe Gabriela Siller, economista del Banco Base.
Canadá, el último país que quedaba para ratificar el tratado, aprobó el pasado viernes de urgencia el T-MEC antes de suspender las sesiones del Parlamento hasta el 20 de abril por la propagación de COVID-19.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, celebró la ratificación del tratado, que debería entrar en vigor el próximo verano, porque este garantizará las «relaciones económicas y comerciales con el mercado más importante y más fuerte del mundo».
Y previsiblemente, tenía que ayudar a remontar la maltrecha economía, que se contrajo un 0,1 % en 2019.
Pero para Siller, de poco servirá por ahora el tratado ya que este año «es muy probable una depresión de la economía global» en un contexto de industrias paralizadas y fronteras cerradas.
Dijo que la situación de la economía mexicana dependerá de muchos factores, como el nivel de infectados, la posible recesión en Estados Unidos y las medidas contracíclicas que aplique el Gobierno de México.
Banco Base prevé de momento que México cierre 2020 con una caída del 3 % del producto interior bruto (PIB) y un peso desplomado que podría tocar las 25 unidades por dólar.
Este mismo martes, el peso marcó un nuevo mínimo histórico con 23,17 unidades por dólar.
SIN CONDICIONES PARA EL T-MEC
Por su parte, la coordinadora de la licenciatura de Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana, Aribel Contreras, sugirió que debería aplazarse la entrada en vigor del T-MEC, prevista para el 1 de junio, por la crisis del coronavirus y porque México no tiene tiempo para adaptar su marco regulatorio.
«Aunque legalmente debería entrar en vigor, debería prolongarse. El coronavirus está teniendo una afectación y todavía no tenemos datos claros de su impacto en las cadenas de suministros», advirtió Contreras.
Además, señaló que hay «nerviosismo» entre algunas industrias porque México todavía tiene que adaptar regulaciones en materia de transparencia, laboral y medioambiental.
«México necesita más tiempo porque una vez entre en vigor el T-MEC, ya no habrá marcha atrás», expresó Contreras, quien sin embargo aplaudió el esfuerzo de las autoridades mexicanas para lograr ratificarlo.
Sea como sea, la académica defendió el tratado, que regula aspectos de propiedad intelectual, de comercio digital y de lucha contra la corrupción no previstos en el TLCAN, porque «es un acuerdo comercial progresista, vanguardista y un modelo a seguir para el resto».
El 30 de noviembre de 2018, los mandatarios de México, Enrique Peña Nieto; Estados Unidos, Donald Trump; y Canadá, Justin Trudeau, firmaron el T-MEC tras más de un año de duras negociaciones para renovar el TLCAN.
Pero durante 2019, la oposición demócrata estadounidense bloqueó el proceso de ratificación en la cámara baja por la desconfianza en el cumplimiento de los estándares laborales en México.
El pasado 10 de diciembre, representantes de los tres Gobiernos firmaron en Ciudad de México el texto definitivo que incluía algunas exigencias de los demócratas sobre asuntos laborales y la procedencia del acero en el sector automotriz.