Madrid, 5 dic (EFE).- La cumbre del cambio climático de Madrid (COP25) se ha conectado hoy con algunas de las zonas más prístinas del planeta, en la Antártida, el territorio más vulnerable a esta emergencia y donde más rápidamente se perciben sus efectos, convertido también en el mejor laboratorio natural para su investigación.
Representantes institucionales y científicos han puesto sobre la mesa la investigación antártica como el mejor ejemplo de cooperación internacional y de lo que tiene que ser también el compromiso mundial para combatir el cambio climático.
Desde las bases chilenas y uruguayas en la Antártida, y desde el buque oceanográfico español Hespérides (atracado en Montevideo), los científicos han conectado hoy con la COP25 para subrayar la importancia del conocimiento para entender mejor este problema.
Y han lanzado una advertencia: el Acuerdo de París compromete a los países a evitar que la temperatura del planeta aumente dos grados al final de siglo, pero en la Antártida ya ha subido 2,5 grados en los últimos cincuenta años, con las repercusiones que eso tiene sobre la salud de la Tierra.
En el acto que ha conectado la cumbre con la Antártida han participado los ministros de Ciencia de España y de Chile, Pedro Duque y Andrés Couve, respectivamente, además de la ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera.
Duque ha subrayado que los efectos del cambio climático son «palpables» en la Antártida, y ha destacado la contribución española a la investigación desde que comenzaron las campañas científicas del país en 1988 hasta ahora.
España reabrirá los próximos días sus dos bases científicas (la «Juan Carlos I» y la «Gabriel de Castilla») para la Campaña Antártica 2019-2020, en la que van a participar cerca de 200 científicos y personal de apoyo y durante la que se van a desarrollar trece proyectos científicos.
El ministro chileno de Ciencia, Andrés Couve, se ha referido a la extrema lejanía de la Antártida y ha apostado por abrir dos vías para conectar este continente con el resto del mundo: la de la Educación y la divulgación, y la de la ciencia para conocer mejor el cambio climático.
«Investigar en la Antártida es investigar el cambio climático, sus impactos y cómo nos afectan a cada uno de nosotros», ha manifestado el ministro chileno.
Desde Montevideo y por vídeo-conferencia, el comandante del buque oceanográfico español Hespérides, José Emilio Regodón, ha informado de que durante las próximas semanas trasladarán a las bases españolas a cerca de 200 personas de 12 nacionalidades «para hacer gran ciencia», y ha señalado la apuesta que estas campañas suponen por la investigación y la innovación, pero también por la cooperación y colaboración internacional.
En los próximos días el buque navegará hasta Punta Arenas (Chile) y desde ahí rumbo a la Antártida para reabrir las bases españolas, que estarán operativas hasta finales de marzo, cuando el buque dará por finalizada la campaña en Ushuaia (Argentina).
Desde la base chilena el profesor Julio Escudero, en la isla antártica de Rey Jorge, el investigador Daniel Ramírez ha expresado su satisfacción por participar de esta manera en la COP25 y ha destacado la contribución que los investigadores hacen para comprender mejor el cambio climático y sus efectos.
Y desde la base uruguaya Artigas, sobre la isla también de Rey Jorge, el científico español Andrés Barbosa, coordinador de los proyectos científicos polares de la Agencia Estatal de Investigación, ha subrayado que el 62 por ciento de los proyectos científicos españoles en la zona están relacionados con el cambio climático.
Los ministros han valorado el esfuerzo que la comunidad científica hace en el continente antártico para avanzar en el conocimiento del cambio climático y sus efectos, en condiciones muchas veces extremas, como han comprobado ambos en recientes visitas a las bases chilenas y españolas.
En la isla Rey Jorge, la velocidad del viento hoy alcanza los 40 nudos y las temperaturas son extremadamente bajas, por lo que los investigadores no contaban este jueves con la posibilidad de hacer trabajos en el exterior.
Pero desde el «Ágora» de la cumbre de Madrid (un espacio abierto a la participación social) hoy les ha llegado un caluroso abrazo y el reconocimiento de toda la comunidad internacional representada en la COP25.
Por Raúl Casado