México, 29 nov (EFE).- La economía de México se ha mantenido estancada durante de este primer año de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador.
Distintos indicadores económicos dan señales encontradas. Tanto positivas -como la inflación o las remesas- como negativas -el PIB o la actividad industrial- en una situación de desaceleración como resultado también de las turbulencias comerciales globales.
Ante las críticas de analistas acerca de su política económica, López Obrador tiene la ya popular muletilla «yo tengo otros datos», y defiende que, más que crecimiento, lo que busca el Ejecutivo ahora es crear «bienestar».
Los principales indicadores económicos que explican la situación actual son los siguientes:
PIB: La economía mexicana se contrajo 0,1 % en cada trimestre desde el periodo octubre-diciembre de 2018 hasta el periodo abril-junio, y en el tercer trimestre de 2019 el crecimiento fue nulo, del 0 %, por lo que muchos analistas hablan de «recesión técnica».
El PIB ha acumulado en los nueve meses del presente año un crecimiento nulo del 0 % interanual.
A pesar de estas cifras, el presidente mexicano sostiene que la economía crecerá un 4 % en promedio anual durante su mandato, que concluiría en 2024.
No obstante, en los últimos tiempos ha explicado que si bien la economía no está creciendo este año al ritmo esperado, se está logrando un mayor desarrollo y distribución de la riqueza.
Empleo: Si bien la tasa es todavía mucho menor a la mayoría de países industrializados, el nivel de desempleo en México se situó en el 3,7 % de la Población Económicamente Activa (PEA) en el tercer trimestre de 2019, frente al 3,5 % de un año antes. En tanto que la informalidad sigue siendo muy elevada: representa el 56,5 % del total.
López Obrador presumió recientemente que, según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se han creado 648.059 empleos de enero a octubre, además, alegó meses antes que las personas inscritas a sus programas sociales, como el de jóvenes aprendices, han de formar parte también de las estadísticas.
No obstante, contabilizar a estos jóvenes -que reciben una beca- ha sido criticado por medios especializados. Y en términos generales, expertos hablan de una sustancial precarización del empleo formal, con una caída de los salarios.
Industria: La producción industrial en México cayó un 1,7 % entre enero y septiembre frente al mismo periodo del 2018, debido a la baja en la construcción y la minería.
La caída general de la industria -junto a un sector servicios algo debilitado- es la principal culpable del PIB negativo en el tercer trimestre.
Turismo: El turismo, otro de los motores económicos del país, también muestra señales de enfriamiento. En el segundo trimestre de 2019 avanzó solo un 0,3 % frente al mismo periodo del año anterior.
No obstante, el Gobierno se mantiene optimista y espera cerrar el año 2019 con un gasto de 24.400 millones de dólares por parte de los 43,3 millones de turistas extranjeros, es decir un 12,1 % más elevado que en el año anterior.
Remesas: Aunque el ritmo de crecimiento se ha frenado un poco en los últimos meses, las remesas que mandan mexicanos residentes en el extranjero continúan imparables y entre enero y septiembre, el país recibió 26.980,3 millones de dólares, un aumento del 9,3 % respecto al mismo periodo de 2018.
Suponen la segunda fuente de divisas de México después de las exportaciones automotrices y constituyen un importante ingreso para millones de mexicanos.
El presidente califica a los migrantes mexicanos de «héroes vivientes» porque su solidaridad sirve de mucho a la economía popular.
Inflación: El índice de precios al consumidor (IPC) en México aumentó un 0,54 % en octubre frente al mes anterior, por lo que la inflación acumulada en los últimos 12 meses bajó hasta un 3,02 % y se colocó en el objetivo del Banco de México.
Este nivel no se veía desde 2017 tras la liberación de los precios de las gasolinas. Ese año, la inflación aumentó un 6,77 % y desde entonces fue bajando.
El cumplimiento de la meta del banco central ha sido alabado en varias ocasiones por el mandatario.
El peso mexicano: El peso mexicano se cotizó el 3 de diciembre de 2018 en 20,31 unidades por dólar, en medio de un difícil contexto global (que perdura) y temores sobre el rumbo político que tomaría México con López Obrador.
No obstante, y contra la mayoría de pronósticos, el peso se ha mantenido muy estable buena parte del año y, salvando algún pico, por debajo de las 19,50 unidades por billete verde.
Es por ello que en varias ocasiones López Obrador ha celebrado que el peso está «fortachón», asegurando que es de las monedas más estables frente al dólar.
BMV: La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) cerró este jueves con 43.100,12 puntos, un resultado superior al del primer día hábil del mandato de López Obrador, el 3 de diciembre, cuando terminó la jornada con 42.081,78 puntos.
Aunque este año ha ganado -alrededor de un 2,4 %- el piso de remates ha tenido bastantes altibajos a lo largo del 2019. Según Luis Alvarado, analista de Banco Base, el desempeño del mercado bursátil se ha visto afectado por la incertidumbre acerca de las medidas tomadas para reflotar Pemex y la falta de gasto público.
«Creemos que la Bolsa Mexicana ha tenido un peor desempeño relativo al resto del mundo este año», indicó el experto, que atribuyó buena parte de esta evolución al devenir general de la economía mexicana.