Madrid, 2 mar (EFE).- Si tradicionalmente el hombre ha vestido prendas sencillas y contenidas, ahora arriesga más y apuesta por estilismos, que desdibujan la barrera del género con prendas tradicionalmente femeninas como la falda, sin ser un bicho raro.
Hasta hace poco, cuando un hombre lucía falda era por un acto de rebelión o porque celebraba el carnaval, sin embargo, ahora se instala en el armario masculino con absoluta naturalidad, se convierte en el nuevo código masculino.
«Es bonito ver a un hombre con falda, marca su masculinidad», ha explicado este lunes a Efe Caterina Pañeda, fundadora y directora creativa de la firma Oteyza junto a Paul García de Oteyza, quienes han buceado en la cultura y el folclore español para recuperar la calza, falda asimétrica con cintura marcada que respira vanguardia.
Con el objetivo de romper los estereotipos de género en la moda, la firma Branin&Beast ha presentado varias colecciones de hombre con falda, «creemos en la igualdad y en normalizar cosas como esta que hasta ahora habían sido extrañas», asegura Ángel Vilda, director creativo de la firma.
El cantante Harry Styles, exintegrante del grupo One Direction, lo tiene claro. En cada una de sus apariciones brilla por su música y también por sus estilismos en los que incluye faldas, vestidos vaporosos con tejidos transparentes, blusa romántica, en definitiva, siluetas femeninas que lleva a su terreno.
Si el año anterior rompió moldes con un esmoquin negro compuesto por falda de gran volumen, en la última edición el actor Billy Porter ha preferido vestirse con ropa más femenina, siguiendo la tendencia de moda de la ropa sin género, con la única clave de sentirse bien e identificarse con lo que se lleva.
Billy Porter hizo su aparición estelar vestido con un falda en tonos bronce y naranja con un cuerpo cubierto de plumas doradas, una creación de Giles Deacon, que ha combinado con unos zapatos de tacón de aire decimonónico de Jimmy Choo.
Lo cierto es que las faldas para hombre llevan años apareciendo en las pasarela desde hace tiempo. Pero no solo en la pasarela, «sino que ha formado parte del traje habitual del hombre, dependiendo de la tradición, cultura y costumbres de cada lugar», ha explicado a EFE la jefa de Colecciones del Museo del Traje (CIPE) de Madrid, Concha Herranz.
Han pasado muchos años desde que Miguel Bosé apareciera en la portada de un disco con una falda diseñada por Francis Montesinos, Robbie Williams actuara con falda escocesa o Jean Paul Gaultier luciera esta prenda con calcetines.
Las túnicas griegas, la togas romanas, la vestidura militar de etruscos, los caftanes marroquíes, además de sotanas, chilabas, kimono en japón, pareos, kilt escocés son los antecedences de la falda que hoy se ve en la calle.
Que el hombre vista falda no es una novedad. En la corte de Luis XIV, los varones vestían con falda y tacones, además de maquillarse y portar fabulosas pelucas de pelo largo y rizado.
Tanto se ha hablado del género difuminado o del no género de los diseños que el modisto Alejandro Gómez Palomo, director creativo de la firma Palomo Spain explica que «antiguamente el hombre lucía plumas, telas lujosas, zapatos de tacón, incluso diamantes».
Después se estableció que el traje de chaqueta era el atuendo masculino. «Ahora vamos a intentar hacer el proceso de vuelta con una mirada más contemporánea, sin llegar a vestir como Luis XIV», dice entre risas.
Los escoceses han vestido su icónica falda escocesa, «kilt» con orgullo. Y el príncipe Carlos de Inglaterra ha demostrado que la falda plisada nada tiene que ver ni con la masculinidad ni la virilidad, él la luce con un estilo impecable. «Las faldas a los hombres les sientan bien, y en cuanto la descubren, se sienten cómodos con ellas», asegura Ángel Vilda
Vivvienne Westwood, Comme des Garçsons, Jean Paul Gaultier, Etro, Francis Montesinos, Marc Jacobs o Louis Vuitton son algunas de las firmas que han incluido faldas en su colecciones.
«El género está sobrevalorado», dice Alejandro Gómez Palomo, quien asegura que «el diseñador propone y la calle dispone». Y ahora, los hombres usan falda.
Por Carmen Martín