Maastricht (Países Bajos), 5 mar (EFE).- La feria internacional de arte, TEFAF, ha dado este jueves su pistoletazo de salida ante sus clientes más exclusivos, con llamativas piezas de arte y galeristas españoles aunque con una obvia reducción de visitantes preocupados por la crisis del coronavirus.
Son más de 275 comerciantes de arte de todo el mundo que se han acercado este año hasta la ciudad de Maastricht (Países Bajos) para vender sus obras maestras en esta feria exclusiva, de acceso selectivo, y donde se encuentran esculturas, cuadros, obras de arte contemporáneo y hasta joyas de piedras preciosas.
En el espacio del galerista español Diego López de Aragón se encuentra el óleo sobre lienzo «Fiesta Valenciana», de 122 x 190 centímetros, pintado por Joaquín Sorolla en torno a 1893, que está a la venta por 2,6 millones de euros. Esta pieza ha estado lejos del mercado durante cuatro décadas, al pertenecer a una colección privada, y TEFAF la devuelve al mercado.
Este galerista, que celebra este año su 25 aniversario en esta feria, también ofrece «La caridad de Santo Tomás de Villanueva», una obra del Siglo de Oro pintada por Francisco de Zurbarán que está a la venta por unos 600.000 euros, expuesta cerca del cuadro «La Adoración de los Magos», de Juan Carreño de Miranda.
Tampoco le faltan esculturas ,como las obras de Víctor Ochoa Zulo, Rehén y Tar, una novedad este año entre las piezas de López de Aragón.
La galería de Manel Mayoral ha traído a esta edición de la feria un mural gigante de Eduardo Chillida, G-103, hecho de arcilla cocida con óxido de cobre y en unas dimensiones de 329 x 329 x 6 centímetros. La pieza, elaborada en 1985, se sitúa en los 3,5 millones de euros.
No supera a estas obras en dimensiones, pero es igual de impresionante el que se considera uno de los primeros cuadros de Pablo Picasso, «Retrato de un hombre con barba», pintado por el artista español en A Coruña, en 1895, en plena adolescencia, cuando tenía entre 13 y 14 años.
Esta pieza, de tan solo 21,3 x 15,8 centímetros, pertenece a la galería del argentino Jaime Eguiguren, principal galerista de arte hispanoamericano presente en TEFAF, y está a la venta por 1,2 millones de euros.
La galería madrileña Caylus ha traído el retrato de Juan López de Robredo, hecho por Francisco de Goya, que está a la espera de nuevo propietario a cambio de 6,2 millones de euros.
Picasso también está en la galería británica Connaught Brown, con el óleo sobre tabla «Desnudos masculinos («Las tres edades del hombre)», y en la galería alemana Landau con «Mujer en un sillón», un retrato de Françoise Gilot, la musa y amante del artista español a la que dibujó en 1948 en un cuadro de 100 x 81,3 centímetros y que hoy se ofrece por 21 millones de euros.
También destaca la escultura de caliza «Cabeza», del argentino Marcelo Bonevardi, expuesta en la galería del colombiano León Tovar, con sede en Nueva York y especializada en arte latinoamericano.
Aunque todavía no hay cifras oficiales de asistentes, la apertura de la Feria Europea de Bellas Artes ha sido mucho más calmada que en años previos, una jornada a la que solo pueden asistir famosos y multimillonarios de diferentes puntos del mundo que hayan recibido una invitación especial.
Se ha notado la ausencia de directores de museos que vienen normalmente a esta feria internacional en busca de piezas exclusivas para la colección de sus pinacotecas, pero tampoco han venido coleccionistas estadounidenses, suizos o italianos, que han cancelado su participación por temor a contagiarse del coronavirus, según ha podido saber Efe.
Los hoteles y restaurantes de la ciudad de Maastricht han ido informando estos días sobre la recepción de cancelaciones, especialmente de huéspedes extranjeros, que representan el 90% de los visitantes de esta feria, y por las galerías de TEFAF tampoco han desfilado hoy los clientes que lucen trajes pomposos, a la que acostumbra este evento.
El año pasado asistieron cerca de 75.000 visitantes, una cifra que los organizadores del evento esperan mantener, a pesar de las amenazas del coronavirus, al que muchos marchantes han decidido echar un pulso manteniendo su participación, mientras otros anunciaban la cancelación de su visita.
Por Imane Rachidi