México, 16 dic (EFE).- «En cualquier árbol de Navidad que veas aquí en México, en cualquier casa, y en la cena, en la mesa, vas a ver flor de Nochebuena», explicó orgulloso a Efe Santiago Gallardo, uno de los vendedores encargados de dar salida a los 19,1 millones de estas plantas cultivadas en ese país durante estas fechas.
La flor de Nochebuena, presente en las celebraciones navideñas de todo el mundo, es una planta nativa mexicana que empezó a relacionarse con las fiestas decembrinas a partir de la época colonial.
Este 2019, según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México, la flor de Nochebuena se sembró en 285 hectáreas de ese país, de las cuales se estima se extrajo un volumen de producción de 19,1 millones de plantas, cuyo destino son los hogares mexicanos.
Uno de los principales centros de distribución de esa flor es el mercado de flores Madreselva, ubicado en Xochimilco, en la zona sur de Ciudad de México.
En el mercado Madreselva, que no ocupa más que dos calles, se mezclan todo tipo de establecimientos relacionados con la Navidad: desde tiendas de pinos navideños hasta puestecillos de adornos, pasando, por supuesto, por el producto estrella, las tiendas de nochebuenas.
«Esta Navidad hemos vendido bastante. Empezamos antes la temporada, porque lo normal es empezar en la quincena de diciembre y nosotros arrancamos el negocio de la Nochebuena terminando el Día de Muertos», explicó Santiago, el encargado de uno de los invernaderos más grandes de esa plaza comercial.
Santiago, mientras atendía a Efe, se esmeraba en aconsejar a los clientes que todavía buscaban la planta ideal para su decoración navideña, unos pocos rezagados que paseaban por el invernadero tocando la tierra y comparando los tonos rojizos de las hojas.
La flor de Nochebuena se asocia siempre al color rojo, aunque, según reveló el encargado del puesto, el pigmento original de las nochebuenas es el blanco, y luego los laboratorios «hacen modificaciones genéticas y por eso salen de varios colores».
Los principales territorios mexicanos productores de flor de Nochebuena son el central estado de Morelos, con una producción de 6,4 millones de plantas; el occidental estado de Michoacán, cuya cosecha asciende a casi 4 millones de estas flores; y el central estado de Ciudad de México, con una producción de 3,5 millones.
El colorado de laboratorio tiñe gran parte del mercado Madreselva y oculta puestos de decoraciones como el que visitaba Alfonso López, uno de los compradores tardíos de decoraciones navideñas.
«Nos llevamos seis nochebuenas. Ya no nos caben más en el coche, que son grandes. Es buen día para comprarlas, porque ahora, como no hay mucha gente, nos dan buenos precios», reconoció Alfonso rodeado de su mujer y su nieto, quienes apretaban las macetas para intentar meterlas entre los asientos del vehículo.
Este jubilado se declaró un gran aficionado a las plantas navideñas, por las que, según contó, tiene «cubierta media casa», en una especie de bosque doméstico.
La zona más boscosa del mercado de Madreselva, sin embargo, no es la calle ocupada por las nochebuenas, sino la vía paralela, inundada de pinos navideños.
Arbizu Pérez, dueño de un puesto de abetos, descansaba tranquilamente mientras esperaba nuevos clientes, aunque la mayor parte del negocio «en un año difícil» la hizo en la primera quincena de diciembre.
«Aquí atendemos a todas las familias que vienen y la mayoría se llevan un árbol por los niños. Ellos escogen el que más les gusta y los papás se lo compran», aseguró Arbizu, algo quejoso por el descenso en sus ventas.
De todos modos, el vendedor de pinos navideños apelaba al carácter de los mexicanos para mantener un cierto optimismo de cara al último fin de semana antes de Navidad: «Como buen mexicano, todo lo dejamos para el último momento», concluyó entre risas.