Washington, 27 ago (EFEUSA).- Un equipo de la Universidad de Georgia manipuló los genes de lagartijas anolis, comunes en el Caribe, para obtener ejemplares albinos, según un estudio que publica hoy la revista Cell Reports.
El propósito de este ejercicio de ingeniería genética, según Doug Menke, profesor asociado de la Universidad de Georgia, es el estudio de las funciones genéticas en sí y, en última instancia, el posible traslado de esa «edición» a otros animales.
«Por un buen tiempo ya hemos tratado de modificar los genomas de reptiles y de manipular los genes en los reptiles, pero estábamos atascados en cuanto a la forma en que la edición genética se hace en sistemas modelos mayores», explicó el investigador.
«Quisimos explorar las lagartijas anole para estudiar la evolución de la regulación genética dado que estos animales han experimentado una serie de especializaciones en las islas caribeñas muy parecidas a las adaptaciones de los pájaros pinzones en las Galapagos», añadió.
Los investigadores emplearon el método CRISPR-Cas9 de edición genética, por el cual pueden modificarse los genomas de organismos vivos y que habitualmente consiste en la inyección de reagentes en los huevos recién fertilizados o en zigotos monocelulares.
Esta técnica no puede usarse en los reptiles porque las lagartijas tienen fertilización interna y no puede pronosticarse el momento de la fertilización, explicó Menke.
Asimismo, un embrión monocelular de una lagartija hembra no puede transferirse fácilmente, lo cual hace casi imposible la manipulación afuera del animal, añadió.
Pero Menke y sus colaboradores notaron que la membrana transparente alrededor del ovario les permitía ver todo el proceso de desarrollo de los huevos, incluidos cuáles de ellos estaban listos para ser ovulados y fertilizados.
Por ello, decidieron inyectar los reagentes de CRISPR en los huevos no fertilizados que se hallaban adentro de los ovarios para ver si tenían efecto.
«Dado que inyectamos los huevos no fertilizados, pensábamos que podríamos llevar a cabo la edición de genes sólo en los alelos heredados de la madre. No hay ácido desoxirribonucleico (ADN) del padre en esos huevos no fertilizados», explicó el investigador.
Un alelo es cada una de las expresiones que puede tener un mismo gen diferenciado en su secuencia y que puede conducir a cambios específicos en la función de ese gen, por ejemplo las variaciones en el color del cabello o el grupo sanguíneo.
Los científicos tuvieron que esperar tres meses para que las crías de lagartija salieran del cascarón y luego comprobaron que casi la mitad de las lagartijas mutantes tenían cambios genéticos tanto en los alelos maternos como en los paternos.
Entre las razones principales del equipo científico para la producción de lagartijas albinas está que el albinismo es una consecuencia hereditaria de alelos que suprimen o «silencian» la proteína trisosenasa, responsable por la distribución de melanina en el cuerpo, pero sin consecuencias letales, explicó Menke.
Una segunda motivación del estudio, según el investigador, es que dado que los humanos con albinismo a menudo padecen problemas de visión, esta investigación podría usar el modelo de las lagartijas para entender cómo la pérdida de este gen en particular afecta el desarrollo de la retina.
«Los humanos y otros primates tienen en el ojo una característica llamada fovea, que es una estructura en la retina con una función fundamental en la agudeza de la visión», añadió.
«La fovea -explicó el investigador-, está ausente en los sistemas con modelos mayores, pero está presente en las lagartijas anole, ya que estos reptiles dependen de una visión muy aguda para capturar insectos».