Londres, 9 mar (EFE).- «Donde los libros arden, con el tiempo, las personas también arderán».
Esta frase, del poeta alemán Heinrich Heine, aparece junto a los nombres de bibliotecas que han sido destruidas a lo largo de la historia de la humanidad, sobre la porcelana que forma la nueva instalación del artista y escritor inglés Edmund de Waal, en el Museo Británico de Londres.
«Biblioteca del Exilio» contiene dos mil libros de autores exiliados de sus lugares de origen, que apelan de forma directa a las palabras que están impresas en sus paredes.
«Vivimos en un mundo tóxico y polarizado donde la gente está siendo retenida en las fronteras y se les niega la oportunidad de pasar del exilio a la seguridad», señaló el artista inglés en declaraciones a EFE.
De Waal, quien es él mismo hijo de un exiliado, consideró que el poder de la instalación reside en su relación con el momento actual y habló sobre «cómo respondemos ante él y damos asilo a quienes lo necesitan».
Su obra llama al público a dialogar y reflexionar sobre la interacción entre el lenguaje y la migración forzosa, con un conjunto de libros traducidos a múltiples idiomas, y en cuya primera página se encuentra un «ex libris» para que los visitantes escriban su nombre en el volumen con el que sientan un vínculo.
«Cuando entras en esta biblioteca estás rodeado de la historia de la opresión, pero también de un mundo de literatura de gran poder y belleza», afirmó De Waal.
Este contraste está presente en toda la instalación y se refleja en el diálogo entre los numerosos tomos que pueblan los muros de la habitación y las cuatro vitrinas procedentes de otra obra del artista, «Salmo I-IV».
A modo de estanterías con pequeños elementos de porcelana, «Salmo» imita la disposición de las páginas de la edición de Daniel Bloomberg del Talmud, que concentraban en una cara tanto la traducción en hebreo y arameo como las anotaciones y comentarios.
La decisión de utilizar la porcelana, característica en la carrera del artista, se debe, según De Waal, a su color, «blanco, como la página de un libro» y a su evolución desde su origen en China hasta el material que es hoy en día.
La exposición permanecerá abierta al público desde el 12 de marzo hasta el 8 de septiembre, cuando los libros serán enviados a la Biblioteca de la Universidad de Mosul, en Iraq, que fue destruida por el Estado Islámico durante su ocupación de la ciudad.
Se sitúa en la sala dos, lugar donde confluye con la historia del Museo, como apuntó a EFE la comisaria de la exposición, Isabel Seligman, ya que allí se alojaron manuscritos de un valor incalculable hasta su traslado en 1997 a la actual Biblioteca Británica.
Por Cristina Alonso