Cuernavaca (México), 19 jun (EFE).- A sus 96 años el artista mexicano Guillermo Monroy Becerril tiene grabada a fuego, en el corazón y en la memoria, la «muy cristalina» voz de su maestra Frida Kahlo, que es distinta, asegura, a la de una supuesta grabación revelada la pasada semana.
Gracias a esa cercanía, además del tono de voz de Kahlo, Monroy Becerril (Ciudad de México, 1924) tiene impresa la personalidad de la pintora, de quien la Fonoteca Nacional de México divulgó, la semana pasada, un audio que presuntamente contiene la voz de Frida (1907-1954), y la artista, involuntariamente, se colocó, otra vez, en el centro del debate.
A Monroy se ilumina el rostro cuando habla de Kahlo, a quien sigue llamando maestra y trató como amiga y colega y a la que define como «una mujer luminosa, optimista y muy emocionada y entregada por y para la pintura. Además de toda una enamorada de México y una gran mexicana».
«Nosotros, Arturo García Bustos, Arturo Estrada, Fanny Rabel y yo (el grupo llamado Los Fridos) casi vivíamos en la Casa Azul, (la casa de Frida en el barrio capitalino de Coyoacán) porque desayunábamos, comíamos y cenábamos con la maestra Frida muy seguido, dos o tres veces por semana, y en ocasiones estaba el maestro Diego Rivera», contó este jueves el artista en entrevista con Efe.
Con limitaciones en su visión que se han agravado en los últimos años y que quizá le agudizaron el oído, Monroy se muestra seguro cuando se le pregunta si en el audio que se dio a conocer la semana pasada identifica la voz de Frida.
«Esa es la cosa, que no la reconozco. La primera vez que yo la conocí la registré como una mujer con una voz muy dulce, muy risueña (…) la oímos en la televisión y me parece que no tiene ver nada (con su voz) porque Frida no hablaba así, con esta afectación que yo he escuchado», explicó.
Contó que Frida tenía por práctica leer de manera grupal y más porque todos formaban parte del Partido Comunista y aunque eran estudiantes participaban con Frida en una lucha política-cultural, entonces, por eso sabe como era la verdadera voz de Frida.
«Su voz era franca, sin afectación, muy natural, llena de entusiasmo y siempre estaba animándonos a hacer algo; la verdadera voz de Frida era muy animosa, muy encantadora, muy risueña, no era grave, ni suave o delicada, era un termino media en su voz, si la pudiera definir diría que era muy cristalina, esa es la palabra», apuntó.
Sobre si en alguna ocasión Kahlo realizó un trabajo de locución o en la radio, el pintor dijo que durante el tiempo que convivió con ella nunca platicó sobre una sesión de radio o grabación.
«Creo que no porque ella nos lo hubiera dicho, no se guardaba nada (…) no se quién (la voz del audio) pero parece la voz de una locutora y no parece la voz de Frida, además ella nunca nos leyó ese texto, nosotros lo conocimos después», añadió.
El martes, la actriz mexicana Amparo Garrido, quien hizo el doblaje y voz en español del personaje de animación Blancanieves, aseguró en entrevista con Radio Fórmula que es su voz la que se escucha en el audio adjudicado a Frida Kahlo por la Fonoteca.
Garrido, de 89 años de edad, contó que grabó muchas cápsulas con ‘El Bachiller’ Gálvez y Fuentes», en cuya colección de archivos sonoros hallaron el supuesto audio de Frida.
Mientras que la familia de la pintora apuntó en un mensaje de Twitter que «hasta donde llega el conocimiento de la familia Kahlo, no existen registros de la voz de Frida. El artista Arturo Estrada Hernández, uno de los Fridos, comentó ya que (la del audio) no es la voz de Frida».
A pesar de los años de distancia, más de 70, Monroy Becerril recordó que la voz de Frida era cambiante y que cuando platicaban era una tonalidad y cuando cantaban era otra, más alegre y ya cuando ella comenzó a enfermar cambió su voz a una muy débil.
El pasado 12 de junio, la Fonoteca dio a conocer la primera grabación de lo que puede ser la voz de Frida Kahlo, consistente en una presunta intervención de la artista durante la realización de un homenaje radiofónico a Rivera en un programa del célebre locutor Álvaro Gálvez y Fuentes, conocido como «El Bachiller».
La intervención de la artista se habría basado en la lectura de un texto escrito por ella misma en 1949, denominado «Retrato de Diego».
De acuerdo con los cálculos de los especialistas, el audio original se grabó entre 1953 o 1954, y el programa piloto para el que se utilizó es de 1955, cuando la artista ya había fallecido.
A Monroy Becerril se le deben los murales del edificio de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en la Ciudad de México y en enero de 2016 asistió a la inauguración de la muestra «Monroy, un Frido entre dos siglos», en el Museo de Arte de Tlaxcala, donde por primera vez se expusieron obras suya elaboradas con aerógrafo.