México, 14 jun (EFE).- La política eléctrica del Gobierno mexicano que limita la generación energías renovables aumenta el costo de generar electricidad, lo que choca con la promesa del presidente, Andrés Manuel López Obrador, de no subir tarifas a los consumidores, indican especialistas a Efe.
En un acto que los empresarios llaman «electrolinazo», la Comisión Reguladora de Energía (CRE) publicó esta semana un aumento de hasta 775 % en las tarifas de porteo que deben pagar las centrales eléctricas, incluyendo renovables, a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
La acción se suma al acuerdo del 29 de abril del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) y a la política de la Secretaría de Energía (Sener) del 15 de mayo, que priorizan la electricidad de la CFE, la empresa del Estado.
Estos lineamientos limitan el despacho de energía renovable «en aras de proteger la confiabilidad del sistema», explica Daniela Gómez, directora de Evolve Management Company, que desarrolla proyectos energéticos en México y América.
«Al tener menos energía renovable en el sistema, lo que va a causar es que los costos de operación o generación de electricidad se van a encarecer, es decir, el Megavatio (MW) hora se va a incrementar de toda la materia energética que existe en el país», advierte.
Con el argumento que las renovables con «intermitentes», la política del Gobierno da preferencia a energía producida con gas natural o combustóleo por la CFE, indica Gómez.
Más, apunta la economista, producir un MW con combustibles fósiles cuesta 120 dólares en comparación con 60 dólares de las renovables.
Además, en la última subasta eléctrica de 2017, los privados ofrecieron a la CFE generar electricidad por 20 dólares el MW.
COSTOSO SUBSIDIO
La tarifa que pagan los consumidores en México se calcula con base en elementos como la transmisión, distribución, suministro y, como uno «de los más importantes», la generación, describe la experta.
Por ende, expone, al subir el costo de la generación crecerá el precio.
«El Gobierno se ha comprometido a mantener las tarifas, entonces este incremento no se lo va a reflejar al consumidor, sino que probablemente va a incluir un subsidio para que se mantengan como era antes del acuerdo», prevé.
El subsidio eléctrico de la Federación a las viviendas cuesta hasta 100.000 millones de pesos al año (más de 4.405 millones de dólares), apunta Daniel Chacón, director de Energía de Iniciativa Climática de México (ICM).
Chacón cuestiona las declaraciones del presidente López Obrador, quien ha argumentado que la reforma energética de 2013 abrió el mercado «al saqueo de los privados» con la intención de «arruinar» a la CFE.
«Las nuevas renovables ni necesitan subsidio ni fueron contratos leoninos. Al contrario, al Gobierno y a la CFE le costó menos la electricidad gracias a esta reforma», afirma.
COMPETENCIA
Por ahora, los efectos de los acuerdos energéticos están suspendidos de manera indefinida por el recurso legal que obtuvo esta semana la asociación civil Defensa Colectiva.
Los argumentos de los quejosos fueron el derecho al ambiente sano de los ciudadanos y la seguridad energética, pero también el derecho a elegir entre diversos proveedores de energías, precisa Miriam Grunstein, abogada detrás del caso.
«Crea muchísima inseguridad para las empresas de energías renovables. Afectaba principalmente a los nuevos proyectos que no se podían interconectar con CFE, pero también creaba mucha inseguridad para los proyectos ya existentes», considera.
Por otro lado, dos compañías de energía solar obtuvieron este viernes la primera suspensión provisional contra la resolución de la CRE que incrementa las tarifas.
El conjunto de estas acciones afectaría al 14 % del PIB, calcula el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Asimismo, peligran 44.000 millones de dólares de inversión y 81.500 empleos en México, han estimado asociaciones de productores renovables.
Pero, además de grandes compañías, las políticas afectan a pequeños productores y consumidores por debajo de 500 kilovatios, advierte la directora de Evolve Management Company.
La CFE, dice Gómez, podría invertir en renovables «si quisiera» en lugar de enfocarse en combustibles fósiles y subsidios que al final pagan ciudadanos con sus impuestos.
«También nos afecta a nosotros como mexicanos, debido a que, en lugar de que el Gobierno utilice ese dinero en estar aplicando un subsidio, lo podría utilizar para otros temas sociales, como es ahora la atención para la salud por el COVID», reflexiona.