CIUDAD DE MÉXICO, junio 16 (EL UNIVERSAL).-
La Selección Mexicana se resguarda, se encierra para recuperarse de las heridas que dejó el juego ante Estados Unidos. Heridas físicas, heridas morales.
El cuerpo técnico encabezado por Diego Cocca decidió, por ahora, que no se realizara un entrenamiento en cancha, que todo se hiciera en el gimnasio, tanto los jugadores que tuvieron actividad como los que no lo hicieron.
También hubo sesión de video. Una tensa sesión. Pero en algo se coincide: El ánimo está por los suelos.
Los jugadores están decepcionados de sí mismos, frustrados al perder ante el enemigo que nunca se debe perder.
Y los directivos que confiaron en Cocca no quedaron nada contentos con la reacción del técnico durante el juego, pues piensan que no hubo respuesta táctica, no hubo mensaje mandado desde la banca.
Se rumora que los nuevos directivos de la Federación Mexicana de Futbol se reunirán con el cuerpo técnico y jugadores para en primer lugar darles la confianza para el juego por el tercer lugar y después…
Después tendrá lo que tenga que pasar.
Sólo una decisión muy drástica haría que Diego Cocca no dirija en Copa Oro, pero en las próximas horas todo puede suceder.