Nueva York, 2 ago (EFEUSA).- «La violencia de género es especialmente importante para mí porque es la razón por la que me mudé a Estados Unidos». Es la impactante admisión con la que la artista mexicana Amanda Gutiérrez comienza su acto, centrado en la perspectiva femenina de la migración.
Y es que en su país de origen se asesinan a siete mujeres cada día, según reveló la ONU en 2018, una cifra que refleja, además, la situación de inseguridad con la que el género femenino se ve forzado a convivir en las calles y espacios públicos.
Con ánimo de reflejar las situaciones a las que deben enfrentarse las mujeres en sitios públicos, mientras caminan, Gutiérrez ha producido «La caminanta», un documento audiovisual con testimonios e imágenes de varias féminas que hablan de sus temores y las situaciones que les hacen sentir vulnerables.
«En México, caminando a casa después de las 10 de la noche me sentía muy vulnerable y es una de las razones por las que vine a Estados Unidos Empecé a hacer paseos con mujeres y a preguntarles por sus experiencias porque quería saber por qué en algunos lugares te sientes más segura que otros», explica la artista.
El evento, celebrado en el neoyorquino centro La Nacional, donde antiguamente acudían los emigrantes españoles en busca de ayuda y que a día de hoy se ha reconvertido en restaurante y centro cultural, forma parte de un programa de cuatro actuaciones de artistas latinas titulado «Migraciones Femeninas».
Ejecutado a lo largo de este mes, ha sido ideado por el colectivo de comisarias «Se Habla Español», formado por la española Noelia Lecue Francia, la colombiana María Alejandra Sáenz García, la mexicana Andrea Valencia Aranda y la puertorriqueña Natalia Viera Salgado.
El programa plantea la migración desde el punto de vista femenino, no sólo en la actualidad, sino el rol histórico y olvidado de la mujer en este fenómeno social, comparándolo además con el masculino a través de experiencias personales de las artistas y de sus obras.
Junto con «La caminanta», «Migraciones Femeninas» cuenta con la participación de la venezolana Esperanza Mayobre, que con su «Domingo familiar» se enfrenta a las dificultades de los emigrantes de su país de origen, azotados por el chavismo, con una invitación al público a jugar al dominó y crear un espacio de unidad y solidaridad.
«Me cuesta mucho hablar del tema de Venezuela así que decidí hacer un programa jugando al dominó, crear un punto de encuentro en el que la política se va a un segundo plano, porque en estos momentos todo está demasiado politizado», cuenta Mayobre.
Utilizando la familiaridad del dominó, que en los países del caribe y en Venezuela se practica con amigos y familia en los ratos libres, la artista quiere subrayar la importancia de la comunidad y el ocio para dejar de lado la política y los constantes comentarios negativos sobre los inmigrantes que lanza la actual administración estadounidense.
«Es distinto cuando la gente emigra porque quiere que lo haga porque no le queda otra», señala Mayobre.
Por su parte, la ecuatoriana Karina Aguilera ha formado parte de «Migraciones Femeninas» con la performance «The Perilous Journey of María Rosa Palacios» (El Peligroso Viaje de María Rosa Palacios), en un híbrido de documental y ficción en el que rinde homenaje a la historia de su bisabuela negra.
Mientras, la brasileña Simone Couto utiliza el enorme archivo de documentación de inmigrantes de La Nacional, que acumula más de un siglo de tarjetas de afiliación -desde 1868 hasta 1995-, y se centra en aquellas que no cuentan con una foto.
Couto une estos documentos con las imágenes de inmigrantes en Nueva York en la actualidad, para mezclar historias y conformar la biografía de una ciudad de migrantes en dos periodos de la historia distintos.