“La turbulencia de los demagogos
derriba los gobiernos democráticos”.
Aristóteles
El anuncio del presidente López Obrador volvió a encender la pradera. Al regreso de su periplo por la tierra que vio nacer el ron Bacardí, Cuba, llegó con holgadas ansias de comunicarnos el gran acuerdo resultante de su visita, contratará -porque así lo decidió- 500 médicos cubanos. La decisión tomada al intenso calor de la isla caribeña traiciona su palabra, y a los médicos mexicanos.
El 23 de junio del 2021, en su conferencia matutina, aseguró que no habría despidos del personal de salud contratado durante la pandemia: “No vamos a despedir a los que ya se contrataron con la pandemia. Además de que nos ayudaron en los momentos más difíciles, los necesitamos, porque hay un déficit de médicos”.
La promesa de no despedir la volvió a repetir el 10 de septiembre pasado en Sinaloa, y ofreció basificar a los médicos eventuales que brindaban sus servicios antes de la pandemia y también a los recién contratados; “soy un hombre de palabra, yo cumplo, yo tengo palabra y voy a cumplir”.
La realidad fue otra, el Presidente incumplió su promesa, el Insabi dio de baja al personal que había contratado por seis meses. Las más de 40 mil personas dejaron sus puestos de trabajo, fueron utilizados en la etapa más crítica y luego despedidos, de modo que el falaz argumento de que no existe personal en disponibilidad para trabajar se desvanece por sí mismo.
El inquilino de palacio pide lo que no da, el pasado lunes hizo un llamado a productores agrícolas a ‘hacer patria’ con la finalidad de enfrentar la inflación en alimentos, pero él no hace patria en el tema de salud, abandona a su suerte a los médicos que jugaron su vida salvando enfermos de Covid y prefiere contratar a médicos cubanos.
El Presidente llama traidores a los diputados que no le aprobaron la reforma eléctrica, bajo el argumento de estar defendiendo a extranjeros, él hace lo mismo, por lo que también es traidor, quita el trabajo a 500 médicos nacionales para importar extranjeros.
López Obrador ofreció oro y pretende importar pirita, al inicio de su sexenio prometió un servicio médico similar al de países de primer mundo como Noruega o Dinamarca, en la misma lógica de su propuesta, debiera contratar médicos daneses o noruegos, no cubanos.
Argumenta el mandatario federal que los médicos nacionales no quieren acudir a determinadas regiones por la inseguridad que prevalece, y tienen razón, pero el reclamo que hace a los galenos es para su gobierno, son él y su gabinete los responsables de pacificar las regiones inseguras.
Repite el señor López una y otra vez en su conferencia matutina, que nadie puede ganar más que el Presidente, pero lo médicos cubanos sí lo ganarán, mientras que los nacionales sólo verán la quinta parte de ese salario.
Denosta, descalifica y denigra a los médicos mexicanos, los exhibe de ser empleados de laboratorios y farmacéuticas, de ser egoístas, enloda al médico mexicano y lo ubica en la oposición a su Gobierno, son un estorbo, en cambio engrandece y eleva a categoría de héroes a medio millar de cubanos que presuntamente vendrá a salvar a más de 135 millones de mexicanos.
En el fondo se trata de un convenio de colaboración económica entre dos gobiernos políticamente afines, López Obrador ayudará al Gobierno cubano ‘contratando’ servicios de salud, cuyo beneficio económico no llega al verdadero prestador de servicio, llega al Gobierno de la isla, que ha encontrado un jugoso nicho de negocio señalado como ‘esclavitud moderna’ según informe de la ONU y de Human Rights Watch del 2019.
Los datos del negocio son elocuentes, según cifras oficiales entre los años del 2015 y 2018 desplegaron 50 mil elementos de personal de salud en 70 países. Tan solo en el año 2018, Cuba contaba con más de 95 mil médicos y logró recaudar 6,300 millones de dólares.
Tan grave es el asunto, que en el Senado de Estados Unidos presentó el proyecto bipartidista “Ley para Combatir la Trata de Médicos Cubanos del 2021” patrocinado por los senadores Robert Menéndez y Marco Rubio, para que los galenos cubanos puedan ser protegidos por Estados Unidos. El documento señala que explotan a los médicos, se les retienen sus pasaportes, montan represalias contra sus familiares y les manipulan a través de variadas formas de presión e intimidación, incluyendo la vigilancia y restricción de movimientos en los países a los que son enviados.
La decisión del Presidente tiene un dejo político y no de salud, traer agitadores, adoctrinadores y operadores para la anhelada continuidad en el poder, está sembrando las bases de la dictadura mexicana.