Columna por Manuel Fernando Díaz Rodríguez.
“Quizá habría que decir: ¡Qué maravilloso! Piense que en todos los tiempos los conflictos han sido evitables. ¡Sólo las máquinas, a partir de ahora serán inevitables!” –Isaac Asimov.
Recientemente se ha vuelto popular el uso de la Inteligencia Artificial en distintos ámbitos cotidianos, que van desde el entretenimiento chusco como la creación de imágenes de dinosaurios personificando la imagen de diversas profesiones como el “abogasaurio” hasta el preocupante uso de la imagen de figuras públicas como el Papa Francisco y sus montajes en el uso de ropa “fashion”, imágenes de Donald Trump siendo arrestado e incluso se hizo viral un éxito musical –Heart On My Sleeve- que utiliza las voces de Drake y de The weeknd, éxito musical que alcanzó a unas horas de su aparición en Spotify hasta 245 mil reproducciones.
Primero hay que comprender a grandes rasgos ¿Qué es la inteligencia artificial? Para responder esta cuestión, se lo pregunte de forma directa al ChatGPT que es operado precisamente por inteligencia artificial, a lo que me respondió:
“La IA (Inteligencia Artificial) es una rama de la informática que se enfoca en la creación de sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como el aprendizaje, la resolución de problemas, la percepción y el razonamiento. En esencia, la IA es una tecnología que permite a las computadoras y otros dispositivos «pensar» y «actuar» de manera autónoma.” –Bastante precisa a decir verdad-.
Sin embargo, el uso de la Inteligencia Artificial no únicamente es un motivo de diversión, también en China se ha comenzado a implementar en el ámbito legal para sustituir jueces que dictan veredictos en temas relacionados con conductores peligrosos, fraudes de tarjetas de crédito e incluso para el juzgar casos relacionados con delitos de robo, con una evidente ventaja sobre los jueces humanos, pues este sistema de justicia virtual es capaz de funcionar veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, claro, sin síntomas de fatiga como presentan los jueces humanos, también recientemente Google Research y Deep Mind realizarón un trabajo relacionado con el uso de la Inteligencia artificial en su aplicación al campo de la medicina, en donde compararon resultados entre preguntas medicas contestadas entre médicos humanos y la computadora, revisadas posteriormente por un panel de médicos expertos, lo que llevó a la conclusión de que el 92,6% de las respuestas de la Inteligencia Artificial eran correctas, mientras que las proporcionadas por médicos humanos fue de un 92,9%, dando una mínima diferencia de .3%, lo cual resulta interesante y preocupante a la vez.
Al respecto, ya nos ha quedado claro que la inteligencia artificial es capaz de ser utilizada desde los ámbitos del entretenimiento simple y puro, hasta su uso en disciplinas humanas como el derecho y la medicina, sin embargo no podemos desatender los riesgos que existen si no se legisla en México –urgentemente- el uso desmedido y mal intencionado de la Inteligencia Artificial, para ello es necesario inspirarnos de lo que están realizando otras naciones y organizaciones internacionales, por ejemplo la Unión Europea ha publicado un marco legal llamado «Directrices éticas para la inteligencia artificial confiable», estas recogen la necesidad de que prevalezca el respeto a la autonomía humana, para prevenir el daño, a través de la supervisión humana, seguridad técnica, privacidad de datos, transparencia, no discriminación, bien estar social y el uso responsable.
Pero entonces ¿Por qué es necesario que se regule legalmente el uso de la Inteligencia Artificial en México? Algunos pudieran considerar que estamos muy lejos aún de que se introduzca la Inteligencia Artificial en México, sin embargo un estudio realizado por el IBM Institute for Business Value, nos permite darnos cuenta de los países latinoamericanos que más utilizan actualmente la inteligencia artificial, con 50% para Colombia en primer lugar, Perú con 49%, Argentina y Brasil con 41% y México con 40%, en ese sentido, ante el notable crecimiento del uso de estas tecnologías en nuestro país, debemos establecer cuáles son los principales retos legislativos para crear una ley de regulación nacional de la Inteligencia Artificial en México, las cuales pueden ser:
1. Impacto en el empleo: la automatización de procesos y tareas puede tener un impacto significativo en el empleo de los mexicanos, remplazándolos fácilmente.
2. Discriminación y sesgo: Si los programadores de la inteligencia artificial plasman en los algoritmos sesgos o prejuicios, ello podría generar que la Inteligencia Artificial actúe en sus funciones de manera discriminatoria en contra de diversos grupos sociales.
3. Falta de transparencia y responsabilidad: la inteligencia artificial no es infalible, por lo que su aplicación es susceptible de incurrir en errores, para ello es necesario establecer con precisión, los sujetos obligados a responder legalmente por los errores que esta tecnología cometa.
4. Privacidad y seguridad: al ser capaz de procesar grandísimas cantidades de datos e información, extrayéndola de bases de datos, ello puede considerarse como una amenaza de privacidad sobre el uso de datos sensibles, pues estos sistemas pueden ser hackeados o manipulados para obtener de manera ilegal información confidencial.
A pesar de tratarse de un tema meramente legal, no podemos inadvertir la necesidad de recordar las leyes de la robótica de Isaac Asimov, las cuales han brincado de la ficción literaria y cinematográfica –Yo Robot-, a la realidad mundial, mismas que nos pueden guiar en el desarrollo de los nuevos debates sobre el uso legal de la Inteligencia Artificial en México:
- No causar daño: “Un robot no puede dañar a un ser humano ni, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño”.
- Cumplir las órdenes: “Un robot debe cumplir las órdenes de los seres humanos, excepto si dichas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley”.
- Proteger la propia existencia: “Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que ello no entre en conflicto con la Primera o Segunda Ley”.
¿Veremos en los próximos tiempos una regulación al uso de la Inteligencia Artificial en México o esperaremos a que para esto sea muy tarde?
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