Discriminación total de mexicanos… hacia otros mexicanos.
Ésta podría pasar como otra historia de personas que hablan sin pensar, pero este caso trata del sentir de muchísima gente que se ha visto o se siente discriminada en su propio país.
Circula en las redes sociales un video protagonizado por un par de mujeres que, a carcajadas, se burlan de los oaxaqueños.
El clip fue compartido originalmente en la cuenta de Facebook “Cosas de Oaxaqueños” y en él aparecen dos mujeres en un auto, y una de ellas menciona: “Dice mi amiga que va a salir de aquí casada con un oaxaqueño», a lo que su acompañante responde: «¡Guácala, pero ni para criados los quiero!», y luego ambas mujeres se ríen.
¿Pero, en realidad causa risa? Más bien lo que causa es indignación.
Benditas redes sociales, porque gracias a ellas conocemos este tipo de prácticas, tan comunes en un país muy marcado por la desigualdad social.
Se dice que el pez, por su propia boca muere, y sí, la mayor parte de las veces uno mismo se pone en ridículo al expresar sin ambages lo que se piensa, sin tener un mínimo gramo de criterio o sensibilidad.
Seguramente este video, de menos de diez segundos, pronto terminará en el olvido colectivo, en donde como muchísimas otras “ladies” y “lords” que tuvieron sus cinco minutos de fama por actuar como lo que verdaderamente son: “lord pantera”, “lady frijoles”, etc.
Esta mujer por lo pronto ya logró visibilidad y hacerse notar, será repudiada, aunque lamentablemente causará gracia por sus palabras insensibles que ofenden a un pueblo de trabajo, abierto siempre a quien quiera visitar ese Estado tan lleno de historia, cultura y tradición. Y si por si fuese poco, además ridiculiza a las personas que ayudan en los hogares haciendo un trabajo más que digno. No son criados, son gente de servicio, algo que a menudo se olvida.
El uso de los dispositivos móviles ayuda a visibilizar a estos hombres y mujeres que en un afán de superioridad y prepotencia, los más, aunque hay sus honrosas excepciones, se ponen “de pechito” para el escarnio del público ávido de conocer este tipo de historias, hilarantes la mayoría de las veces, pero que dejan una gran lección en el colectivo.
Tal vez lo triste del caso es que la mayoría de estas personas no reciben más que la burla pública, pero no tienen un castigo real, por lo que seguramente surgirán más videos de gente captada infraganti sacando la peor parte de su naturaleza humana.
Ahora fue “Lady Guácala”, pero mañana serán otras “ladies”, que de damas no tienen nada, así como cualquier otro “lord”.
Así, no va avanzar este país, que lo que necesita en estos momentos aciagos es unión, no división.