México, 11 may (EFE).- Con un crecimiento medio anual del 23 %, las empresas del sector tecnofinanciero, conocidas como «fintech», se consolidan en México al ofrecer respuestas a la crisis económica causada por el coronavirus SARS-CoV-2.
México se ha situado junto a Brasil como el centro tecnológico o «hub» para esta industria en América Latina, afirma Fermín Bueno, cofundador de Finnovista, organización que impulsa a empresas emergentes en España y América Latina.
«Es tremendamente propicio. Vemos cómo el sector ‘fintech’ mexicano ha crecido a ritmos muy importantes», afirma Bueno en entrevista con Efe.
Muestra del empuje son las 441 empresas emergentes, también llamadas «startups», del rubro tecnofinanciero que hay en México, un aumento de 14 % con respecto al año anterior, según el Radar Fintech de Finnovista y el Banco Interamericano de Desarollo (BID).
Esta industria, con 60.000 empleos y un total de 515 compañías en México, tiene un índice de maduración del 48 %, una etapa de crecimiento, según el «Termómetro Fintech» que elabora el banco Santander con la colaboración de Finnovista, Google y la Embajada de Reino Unido.
El valor anual de las operaciones en el sector es de 68.409 millones de pesos (2.889 millones de dólares) con 4,7 millones de usuarios, indica este reporte.
Ahora, la crisis «abre una nueva normalidad» con «perspectivas fabulosas» para el rubro tecnofinanciero, argumenta Bueno.
«Es un abismo para la industria porque no está preparada para esto. El ‘fintech’ lleva siete años preparándose para esto. Los emprendedores llevan siete o 10 años construyendo soluciones digitales, inclusivas, instantáneas», opina.
OFRECER SOLUCIONES
Prueba de la adaptación a la crisis y del atractivo de México es el caso de Matías Tini, cofundador de Apperto, una aplicación argentina que digitaliza servicios, comercios y transacciones en ciudades de menos de 500.000 personas, donde habita el 50 % de la población latinoamericana.
«Se habla muchísimo de cómo las plataformas digitales están ayudando, sobre todo en las grandes ciudades, a quedarse en casa, hacer compras del hogar y demás, pero en las ciudades donde vamos nosotros prácticamente no hay plataformas digitales», asegura Tini.
Tras afianzarse en 15 ciudades de Argentina desde hace dos años, Apperto ahora opera en San Juan del Río, del central estado mexicano de Querétaro, con la perspectiva de expandirse en el corto plazo al resto de la región del Bajío.
Después de participar en el «Startupbootcamp» virtual que realizó Finnovista la semana pasada en Ciudad de México, Tini destaca el «ecosistema súper desarrollado» del país.
Pero, sobre todo, subraya el «rol fundamental» de las «fintech» para cumplir con las medidas de distanciamiento frente al coronavirus.
«Con esta pandemia nuestra misión hoy tiene más relevancia que nunca. Nuestro propósito es que a través de la tecnología podamos ayudar en la calidad de vida de las pequeñas ciudades y hoy claramente estamos aportando», reflexiona.
LEY PROPICIA
Otro atractivo de México es la Ley de Tecnología Financiera o Ley Fintech, promulgada en marzo de 2018 y en vigor desde septiembre de 2019, que establece reglas para quienes participen en fondos de pago electrónicos, activos virtuales y financiación colectiva.
Así lo considera Mariana Burgues, vocera de Koibanx, una plataforma digital financiera que acerca a la población no bancarizada a los bancos en Argentina, Colombia y Uruguay, donde ya tienen más de 100.000 usuarios.
«Apenas el contexto lo permita abriremos oficinas en México porque vemos una oportunidad de 40 millones de personas que pueden favorecerse de esta plataforma en calidad de usuarios y también nos ayuda mucho el tiempo», asevera.
La crisis del coronavirus ha motivado a los sectores público y privado a acercarse a las «fintech», menciona Burgues.
Plataformas como Koibanx, argumenta, ayudarían a distribuir con apego a las medidas sanitarias a las personas sin servicios bancarios, que en México representan el 53 % de la población, según la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF).
«Si algo bueno hizo la COVID-19 fue impulsar la innovación tecnológica, desde las telecomunicaciones hasta las innovaciones en cuanto a herramientas financieras para realmente impulsar la economía», concluye Burgues.