CIUDAD DE MÉXICO, abril 3 (EL UNIVERSAL).-
De acuerdo con una encuesta hecha por la revista «Newsweek» en diciembre del año pasado -hace apenas tres meses-, el 33% de los encuestados, todos estadounidenses, creen que la popularidad y la influencia de la familia Kardashian en la cultura pop actual ha disminuido notablemente de un tiempo acá, pero ¿a qué se debe?
Los estadounidenses apuntan el dedo hacia su nuevo reality en Hulu. Mientras «Keeping up with the Kardashians» de «E! Entertainment» era una propuesta nueva y divertida, los televidentes norteamericanos han opinado que el show en Hulu es repetitivo y aburrido, aseguran que se siente muy ensayado y que tanto la matriarca Kris, como sus hijas:
Kourtney, Kim, Khloé, Kendall y Kylie, ya no revelan tanto de sus vidas como en el pasado.
Sin embargo, su popularidad en el resto del mundo, donde no depende del reality show al que solo unos cuantos tienen acceso, también va notablemente a la baja.
Fuera de los Estados Unidos, las Kardashian se hicieron populares a través de sus redes sociales más que a través de la televisión, y éstas mismas pueden ser hoy la razón de su decreciente audiencia.
Meredith Jones, profesora de la Universidad de Brunel, quien imparte la primera conferencia académica sobre las Kardashian, bautizada como Kimposium, cree que la familia no ha logrado mantenerse relevante con los tópicos de conversación actuales como el greenwashing o la apropiación cultural, «se siente como que están fuera de onda», dijo al diario ‘Evening Standard’.
Los medios estadounidenses coinciden en que el reciente desinterés en la familia se debe en parte a la sobreexposición y en parte, a la falta de congruencia entre lo que dicen y lo que hacen.
En enero de 2020, Kim posteó «El cambio climático es real» con un emoji de corazón roto, pero a las palabras se las lleva el viento, pues cuidar del medio ambiente en su vida cotidiana no la tiene tan preocupada.
El año pasado, en una entrevista con la revista «Interview», le preguntaron si de hecho emprendía algún tipo de acciones a favor del medio ambiente y respondió que «tenía que ser realista» y que «hay tanto de qué preocuparse, que tienes que escoger entre lo que funciona para ti y tu vida».
Aparentemente, en su vida y la de sus hermanas, los viajes en jet privado ridículamente cortos son «necesarios», así como acaparar agua en su casa en tiempo de sequía.
Su hermana, Kylie Jenner, fue calificada recientemente de ‘criminal ambiental’ después de que se reveló que hacía un número exagerado de viajes en su jet privado ¡incluso de 9 minutos!
Por otra parte, Kourtney fue nombrada ‘embajadora de sustentabilidad’ de la marca inglesa Boohoo, investigada por sospecha de hacer greenwashing, y una investigación de la fundación Changing Markets, reveló que no hay sustento a la afirmación de que no se usa plástico en los empaques de la marca de lencería Skims, de Kim.
«La moneda de cambio de un influencer es la confianza que sus seguidores tienen en sus recomendaciones. En este caso, su integridad se ha puesto en duda por las investigaciones sobre afirmaciones que han hecho y la poca profundidad de su compromiso con causas que han dicho que apoyan, como la sustentabilidad. Esto, sin duda impactará en la confianza depositada en ellas», dijo Mike Bandar, cofundador de Hopper HQ, mercadólogos de Instagram.
Por otra parte, las hermanas Kardashian no han dudado en utilizar su influencia para vender productos milagro como gomitas para ayudar a crecer el pelo, tés para bajar la panza o paletitas que supuestamente ayudan a suprimir el apetito. Sus detractores no solo las han atacado por ofrecer productos que no sirven, sino por alimentar las inseguridades de sus seguidores en una época en la que mucho se habla de la autoaceptación del cuerpo.
Kim fue muy criticada después de la Met Gala por haber declarado que bajó 8 kilos en 21 días para poder entrar en el vestido que usó Marilyn Monroe para cantarle ‘Happy Birthday’ a John F. Kennedy, en 1962. La Asociación Dietética Británica lo calificó de ‘irresponsable’, así como una gran cantidad de profesionales de la salud en muchos distintos medios.
«La obsesión de Kim por hablar sobre su peso y el rumor de que ella y Khlóe están consumiendo Ozempic, una droga contra la diabetes que ayuda a bajar de peso, va totalmente en contra de la narrativa actual», dice Jessica Barrett, editora de la revista «Grazia», versión Estados Unidos.
«Han hecho mucho daño promoviendo estándares de belleza inalcanzables. En un principio representaban un modelo de belleza alcanzable, son bajitas y tenían muchas curvas; hoy se han modificado a tal grado a través de la cirugía plástica, que su estilo de belleza es inaccesible».
Fuera de tono ¿las Kardashian?
También han dado varios pasos falsos en otros aspectos. Kim tardó casi una semana en condenar la controversial campaña de Balenciaga, con niños y ositos de peluche en bondage; se sabe que está muy asociada a esta marca y su reacción pareció demasiado tibia ante la indignación que provocó esta publicidad.
Por otra parte, Kylie fue muy criticada por usar un vestido de Schiaparelli adornado con una enorme cabeza de león de aspecto muy realista, se la acusó de fomentar la cacería para obtener trofeos animales.
Otro episodio no muy bien recibido, de acuerdo con el sitio Indy100, fue el pleito entre Kylie y la popularísima Selena Gomez. Esta serie de dimes y diretes le costó a Kylie perder casi un millón de seguidores. Total que, últimamente, las Kardashian no parecen estar escuchando lo que la gente quiere y busca, y no salen de su privilegiada burbuja.
«Sencillamente están pasadas de moda» dijo Jamie Love, experta en Mercadotecnia y redes sociales, al sitio Indy100, «ellas se hicieron famosas cuando la gente buscaba contenido aspiracional en las redes, sus fotos súper editadas y retocadas iban muy de acuerdo con el deseo de verse ‘perfecto’, pero con el surgimiento de TikTok, la gente lo que busca hoy es autenticidad, gente como Lizzo, Adele o Lewis Capaldi, que son auténticos, reales, y que nada tienen que ver con el clan Kardashian Jenner».
Quizá la señal más clara de que están perdiendo su alguna vez ‘omnipopularidad’ es que se rumora fuertemente que, este año, Anna Wintour no las incluyó en la lista de invitados a la Met Gala… ¡ouch!