CIUDAD DE MÉXICO, agosto 27 (EL UNIVERSAL).- Hace 17 años el cineasta Jorge Iván Sanders conoció a Leonardo, un chavo con autismo funcional, quien se encontraba esperando turno para entrar como extra a una película en rodaje, pero jamás fue aceptado.
Se acercó a él, comenzaron a platicar y trabaron los inicios de una amistad en la cual ese joven le decía, a cada rato y durante los siguientes meses, que no podía abandonar su sueño de ser director porque para eso se había preparado.
«Leo tenía en la mira ser actor, pero protagónico y famoso y entonces hace diez años dije, ok, hagamos algo juntos y salió un corto que manejamos como docuficción en el que se usaron elementos que eran su realidad, pero sabía que era ficción», cuenta Sanders.
Pasó más tiempo y Sanders, impulsado por el joven, decidió escribir un largometraje en el que trabajarían juntos, con locaciones en Baja California. Leo sería el hermano menor al que siempre cuida el mayor (Jorge A. Jiménez), este último drogadicto. Un día en el pueblo donde viven comienzan a desaparecer personas, entre ellas su familiar.
«Y se empieza a distorsionar todo el sentido de la realidad de los personajes, Leo empieza a adoptar la personalidad del hermano para buscar venganza o para cuidarse a sí mismo», cuenta el cineasta. El resultado final lleva como título «Guardado Hermano» y forma parte de Macabro, festival de cine de género, que se realiza en la Ciudad de México.
El autismo de Leonardo estaba en un nivel funcional, es decir, platicaba y ejecutaba sin problema, cuenta el realizador.
«El se grababa a sí mismo para ver cómo iba a hacerle y llegaba con todo aprendido, de hecho quería hacerlo bien para después platicar con la actriz», comenta divertido Sanders. Leo pudo cumplir su sueño de ser actor, pero no logró ver el trabajo final pues falleció hace unos meses.
Sanders seguirá impulsando la exhibición de «Guardado Hermano» como un homenaje a ese hombre que conoció hace 17 años y que lo convenció a seguir con el suyo de ser director.