CIUDAD DE MÉXICO, (EL UNIVERSAL).- «Don’t let me down», canta John Lennon al comenzar la última cinta que The Beatles grabó, en 1970. El filme dirigido por Michael Lindsay-Hogg planeaba ser un documental de introspección a la creatividad de la banda, pero terminó siendo una carta de despedida que ninguno de los integrantes firmó.
Durante su carrera John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr ya habían filmado algunas películas juntos como «Help!» en 1965 y «Yellow submarine» en 1968, por supuesto las cámaras de video no eran ajenas a la banda británica, quizá por eso es que la espontaneidad que dejaron ver también expuso el declive de su camino.
En total fueron 96 horas de grabación durante las cuales se muestran desacuerdos entre los integrantes durante varios ensayos, el papel de líder que adoptó Paul, los disgustos de George cuando Paul lo corrige sobre cómo tocar la guitarra y la incursión de Yoko Ono al lado de John son algunas de las circunstancias evidentes, que no mucho después terminaron con el proyecto.
Fue exactamente hace 51 años, el 20 de mayo de 1970 a las 20:45 horas cuando se estrenó en Inglaterra el filme. Ningún miembro de The Beatles asistió al estreno que tuvo lugar en el cine London Pavilion, de Londres, pues para entonces todo se había acabado.
«Cada vez que hablamos George siempre dice ‘tenemos ciertas reglas: nada de films’, pero está muy mal, hacemos mal. Me dice que esto no va a ayudar y estoy de acuerdo con eso, pero no puede no querer un film, porque esto es un film. Es como no haber querido ir a los shows de TV, nada de audiencias», le explica Paul a John durante una plática privada que fue grabada, detrás del escenario.
«Es como cuando volvimos de Hamburgo que fuimos a Coventry, tocamos en el salón del baile y la primera noche fue la peor de todas, estábamos muy nerviosos, ¡fue terrible! Entonces tocamos mejor la siguiente noche y la siguiente, nos fuimos olvidando de la audiencia, era como si no hubiera nadie, la gente mirando cómo tocábamos y simplemente nos acostumbrábamos a eso y si hubiéramos podido grabar esas cosas hubiera sido genial, las idas y vueltas, ya sabes».
«Y fuimos buenos en eso una vez que superamos el nerviosismo, pero es como si la cara del nerviosismo está aquí ahora y a menos que superemos esos fantasmas y sigamos adelante la única alternativa es decir ‘nunca haremos esto frente a una audiencia otra vez»’, agrega el músico preocupado.
A pesar de sus esfuerzos por mantenerse, la disolución de la banda más influyente en la historia de la música finalmente se dio en esos meses, era verano el verano de 1969 y para noviembre Paul reconoció en una entrevista con la revista estadounidense «Life», que el grupo se había disuelto.
Cuando se terminó de grabar esta cinta, los Beatles no querían saber nada al respecto, pero los ejecutivos de su propia corporación, Apple Corps, les exigieron terminar la película. Finalmente fue con el famoso «Rooftop concert» (concierto en la azotea) con que se concluyó el proyecto. Esta fue la última vez que interpretaron en vivo «Don’t let me down», en lo que fue su último concierto.
La película ganó un premio Oscar a la Mejor banda sonora, pero ningún integrante del conjunto lo fue a recibir en la ceremonia. En su lugar, Quincy Jones, quien dirigía la orquesta de la entrega de premios lo hizo en su nombre.
«Desearía que The Beatles estuvieran todos aquí juntos esta noche para recibir esto, pero tengo que volver para dirigir la orquesta en su nombre», dijo Jones al recibir la estatuilla.