Naciones Unidas, 20 sep (EFE).- El ministro libanés de Exteriores, Abdala Bouhabib, afirmó este viernes en la ONU que lo que Israel pretende en su país es repetir el modelo de la guerra en Gaza y traer «miseria, extremismo y destrucción» al pueblo libanés.
El ministro se desplazó a Nueva York para participar en una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad -solicitada por su país a través de Argelia- que tratase los ataques de los últimos días atribuidos a Israel y que han dejado medio centenar de muertos en tres días, mediante explosivos escondidos en dispositivos electrónicos y con el bombardeo sobre un barrio de Beirut, ataques que tenían por objetivo varios dirigentes de Hizbulá.
El ministro Bouhabib, que no mencionó el nombre de Hizbulá, dijo que Israel «no respeta el derecho internacional ni las resoluciones del Consejo de Seguridad», así como «ignora la legitimidad internacional de los derechos humanos porque está acostumbrado a que nunca le pidan cuentas», lo que le ha convertido en «un estado gamberro».
Bouhabib recordó que Israel ha invadido en el pasado partes de su país -la última, en el año 2000- y ahora se embarca en «una nueva aventura que será solo una versión horrible de las anteriores».
El ministro dijo que no había venido al Consejo a buscar una nueva resolución -ya que Israel las ha ignorado todas-, sino para defender a su país y sus víctimas inocentes, «y para proteger nuestra humanidad común», por lo que pidió a los miembros del Consejo «condenar el terrorismo de Israel de forma clara e inequívoca».
Al ministro libanés le replicó de inmediato el embajador israelí, Danny Danon, quien prometió que los ataques contra Israel no cesarán mientras Hizbulá no se retire de la frontera hasta el norte del río Litani y permita así el retorno de los israelíes evacuados de sus casas por los combates (hay 60.000 israelíes desplazados y 100.000 libaneses).
Danon llegó a decir que su país «ha ejercido la contención durante un año, esperando una solución diplomática (porque) no tenemos deseo de una guerra, pero tampoco podemos permitir que nuestro pueblo siga sangrando».