El norte de Aguascalientes es un territorio poroso que merece toda la atención del Gobierno del Estado para evitar que la delincuencia se salga de control, manifestó el profesor-investigador del Programa de Política de Drogas del CIDE en su sede Región Centro, Edgar Guerra Blanco.
Lo anterior tras los últimos sucesos ocurridos en los municipios de Rincón de Romos, El Llano, Asientos, San Francisco de los Romos y Tepezalá, volviéndose en un polvorín de la delincuencia proveniente de Zacatecas.
Destacó que se debe enfocar principalmente en la seguridad, prevención, educación y consumo de sustancias, ya que se cuenta con una frontera porosa y complicada, que colinda desafortunadamente con las entidades de Zacatecas y Jalisco, que tienen problemas gravísimos de delincuencia organizada, que crea condiciones para que puedan saltar a Aguascalientes, “el efecto globo, ellos no respetan las fronteras municipales”.
Además de establecer un sistema de control en los accesos por la Carretera 45 Norte o estatales, igualmente se deben realizar en los caminos rurales, “el esquema de la Guardia Nacional que deja mucho qué desear”.
Otro tema importante que se debe reforzar es lo social, ya que existen municipios y comunidades que mientras más al norte se ubican del Estado más precarizados se encuentran o con situaciones de más vulnerabilidad de sus habitantes, “baja el índice de desarrollo y de empleo, situaciones que aprovechan los grupos delictivos para anclarse en estos territorios”.
El experto señaló que en la medida de que se crezcan las oportunidades de fortalecimiento económico en los municipios y poblados de aquellas zonas, “en esa medida se irán blindando al Estado de la delincuencia organizada”.
El hecho de que en los municipios del norte de Aguascalientes se estén registrando mayor número de jóvenes desaparecidos, van de la mano con el reclutamiento forzado por parte de la delincuencia organizada.
“Ésta es una enorme aspirado, que va atrayendo muchachos de manera voluntaria o involuntaria”, indicó Guerra Blanco. El investigador hizo referencia a un estudio presentado en el año 2022, donde los cárteles contaban con cerca de 185 mil miembros, convirtiéndose en uno de los principales empleadores del país, pero lamentablemente la mayor parte del capital humano son hombres jóvenes en su mayoría entre 19 a 35 años de edad, “que provienen de sectores precarizados”.