Llegó el tiempo de lluvias… y una vez más nos agarró desprevenidos, como siempre.
Ríos de agua corriendo por las calles de la ciudad junto con restos de basura, y más restos de ésta flotando sobre los mismos ocasionando las ya clásicas inundaciones.
Pero obviamente esto no es obra de la madre naturaleza, sino de la indolencia de nosotros, la ciudadanía, que una y otra vez nos quejamos del clima pero no ponemos la solución que está en nuestras manos.
Da coraje ver el agua correr por las calles y que se desborde porque las alcantarillas están tapadas, las rejillas flotando y cuando la tormenta pasa, ver que lo que provocó los anegamientos son kilos y kilos de basura que nosotros mismos tiramos.
Presumimos de ser una ciudad moderna, con lo más vanguardista en vialidades y otras obras, pero ¿y la infraestructura pluvial? Nuestras autoridades tienen casi un año entre cada temporada de lluvias y nos pasamos casi 12 meses implorando por tormentas, que se acabe el estiaje y la sequía, pero con una hora de lluvia nos asustamos y terminamos suplicando que ya no llueva, literal, porque pasada la tormenta viene la calma y el recuento de los daños.
Siempre que hay inundaciones involucramos al Gobierno, pero la responsabilidad también es nuestra. Hemos sido testigos de que la gente de a pie o en vehículo arroja sin pudor sus restos inservibles a las avenidas, incluso infectos cubrebocas, porque puede usted voltear a cualquier punto de la ciudad y verá este tipo de contaminación biológica por todas partes.
Pero Aguascalientes, su gente, no parece tener memoria de que en los últimos años las tormentas han causado hasta tragedias, ¿o, ya se nos olvidó que hace pocos años una madre y su hija fallecieron en medio de una tromba?, ¿cómo olvidar las inundaciones que afectan las avenidas de siempre, como la López Mateos, en las que incluso han sacado lanchas para navegar en plena tormenta?, ¿ya no nos acordamos de los daños estructurales que causan las anegaciones en prácticamente todos los puntos de la ciudad?, ¿y no tenemos fresca la memoria con los grandes contenedores de basura flotando sobre el agua y los edificios de la Ministerial y Servicios Periciales donde brotaba el líquido por todos lados?
Por eso decimos que Aguascalientes no tiene memoria, porque si la tuviera todos pondríamos nuestro grano de arena para que esto no sucediera, como siempre y como nunca.
Insistimos, la responsabilidad es mutua, de Gobierno y de la ciudadanía, pues no es posible que esto ocurra año tras año, lluvia tras lluvia, y si ya saben cómo somos ¿por qué no poner la solución desde antes? Una buena desazolvada a fondo a las tuberías y drenajes evitaría grandes problemas a la población en general y, claro está, un jalón de orejas traducidas en multas para la gente indolente que tira basura en las calles o que no barre siquiera el frente de sus casas.
Queremos las cosas bien, pero que no nos cuesten, y ése sí es un verdadero problema para toda la sociedad.