España.- Son varios los calificativos que se utilizan en Europa para definir la salida de España del rey Juan Carlos: en el Reino Unido se ha llegado a decir que es «humillante», una parte de la prensa francesa habla de «exilio», en Bélgica se mencionan las «sospechas de corrupción» y en Italia se define como una «huida».
Pero muchos también coinciden en la labor de Juan Carlos como jefe de Estado, en su papel para restituir la democracia en España tras la dictadura del general Franco y en su decisiva actuación para abortar el intento de golpe de Estado de 1981.
En general, las dos ideas se contrastan. Como resume el diario francés Liberatión: «el icono de la transición democrática española, que dio la espalda a un régimen autoritario en el que Franco lo había hecho su sucesor, ha perdido ampliamente su aura y su popularidad».
Lo mismo señala el Financial Times: la decisión del rey emérito supone un «epílogo extraordinario» para un reinado en el que Juan Carlos fue considerado héroe de la democracia por su labor para frustrar un intento de golpe de Estado en 1981.
PARTE DE LA PRENSA FRANCESA HABLA DE EXILIO
Una parte de la prensa francesa habla de «exilio» y subraya los escándalos que están detrás de la decisión de abandonar España por las investigaciones judiciales sobre posibles corruptelas. La televisión pública francesa France 2 dijo que Juan Carlos se ha convertido en «indeseable en su propio país» por los escándalos que le han salpicado.
El popular Le Parisien titula «Juan Carlos: y ahora, el exilio», decisión de marcharse de España que califica de «la estocada después de años de decadencia».
El periódico de izquierdas Libération indica que el rey emérito «pone los pies en polvorosa, como un vulgar delincuente fugitivo» y que «la salida del rey a un país todavía desconocido y en una fecha no comunicada corre el riesgo de dañar un poco más la institución monárquica en un momento en que las presiones independentistas se siguen haciendo sentir».
ITALIA: UNA «HUIDA PARA SALVAR LA MONARQUÍA»
La prensa de Italia, donde nació Juan Carlos I, habla de «huida». «Juan Carlos acuciado por los escándalos: Dejo España. Sánchez se lo agradece», es el título elegido por La Repubblica que destaca que se ha tratado de «la última huida de Juan Carlos» para «salvar la monarquía».
Para el Corriere della Sera, la decisión de Juan Carlos era algo que se esperaba después de las noticias que «han agravado la posición del rey emérito respecto a la opinión pública y la Justicia». En el artículo se recogen las investigaciones sobre los fondos recibidos por Juan Carlos y se concluye que por todo esto el monarca sale de España «cansado y culpable».
En el diario La Stampa se describe a un monarca «desacreditado por las sospechas de corrupción, el asedio de la magistratura suiza y del Tribunal Supremo de Madrid», y el periódico Il Messaggero de Roma, la ciudad natal de Juan Carlos, explica que la decisión pretende evitar repercusiones sobre el reinado de su hijo y que su presencia en la Zarzuela era un «peso» para la monarquía.
REINO UNIDO: SALIDA «HUMILLANTE» PARA QUIEN IBA A PASAR A LA HISTORIA DE ESPAÑA
La prensa británica señala que se trata de una partida humillante para un monarca que iba a pasar a la historia como un líder que ayudó a la transición democrática de su país.
«Es una salida humillante», afirma el corresponsal europeo de la cadena BBC, e indica que Juan Carlos I parecía que iba a pasar a la historia como un rey habilidoso que «guió» a España de la dictadura hacia la democracia después de la muerte del general Franco en 1975.
Para el diario The Times, el escándalo en torno al rey Juan Carlos ha llevado a la monarquía al desprestigio.
El periódico Financial Times (FT) señala que la decisión del rey emérito supone un «epílogo extraordinario» para un reinado en el que Juan Carlos fue considerado héroe de la democracia por su labor para frustrar un intento de golpe en 1981.
BÉLGICA: LA CORRUPCIÓN EMPAÑA EL PAPEL DE JUAN CARLOS EN LA TRANSICIÓN
Las sospechas de corrupción han empañado el papel que el rey emérito de España, Juan Carlos I, asumió durante la transición española. La Libre Belgique dice que Juan Carlos contribuyó a «una transición suave» y «neutralizó un intento de golpe de Estado en febrero de 1981», pero que su imagen «se deterioró progresivamente por los rumores de corrupción del monarca, muy próximo a las monarquías del Golfo».
Le Soir titula: «Juan Carlos empujado al exilio para salvar la monarquía». En la prensa flamenca, De Standaard señala que el rey «plantea su partida como una decisión voluntaria, pero ya estaba bajo una gran presión del gobierno para exiliarse».
El periódico De Morgen menciona las «sospechas de corrupción» en torno al monarca que «quiere dar a su hijo Felipe, el actual rey, la necesaria paz y tranquilidad».
HOLANDA: «SE SINTIÓ INTOCABLE»
El programa Blauwbloed de la pública NPO tildó la decisión del emérito como un «gesto dramático para un hombre que nació en el exilio, que sacrificó toda su vida para estar preparado para el posible reinado que le dejó el dictador Francisco Franco y que condujo a España a la democracia», pero que «se sintió intocable y no se tomó muy en serio» sus relaciones.
El diario De Telegraaf ha apostado por un gran despliegue informativo, con el principal titular «Juan Carlos: corrupción, amantes y blanqueo de dinero», en el que explica que la reputación del rey emérito «ha sido destrozada durante estos años», y subraya que «el rey español huye, pero su esposa Sofía se queda en palacio».
PORTUGAL: LA SALIDA POR LA PUERTA PEQUEÑA DE QUIEN ENTERRÓ EL FRANQUISMO
El Diario de Noticias comenta que la de Juan Carlos es la salida por la puerta pequeña «del rey que enterró el franquismo» y destaca un punto de inflexión: el accidente en el safari de Botsuana, en 2012, «en compañía de su amante, en un viaje de lujo pagado por un empresario saudí».
El accidente se produjo «cuando los españoles sufrían la crisis financiera» y fue «el comienzo del fin de un reinado que alcanzó su apogeo en los primeros años, entre 1975 y 1981, cuando tomó una dictadura y la transformó en una democracia».
El diario Público resalta la circunstancia de que «el rey que nació en el exilio en Roma», ahora «debe pasar los últimos años de su vida fuera de su país». «Pero para gran parte de la sociedad española, Juan Carlos ya era una especie de ´’rey maldito’ y ya es historia -afirma- la imagen del hombre que, en la noche del 23 de febrero de 1981, usó su uniforme militar para poner fin a un intento de golpe de Estado que amenazaba el camino del país hacia la democracia».