México.- El presidente Andrés Manuel López Obrador, calificó de «pesadilla» las revelaciones sobre sobornos y corrupción que denunció el exdirector de Pemex Emilio Lozoya en su declaración ante la Fiscalía General, filtrada en las últimas horas a medios.
«Me estaba yo desvelando y no quería tener pesadillas por lo que estaba yo leyendo, porque sí está escandalosa. (…) Es mucho más fuerte (que una serie de televisión). Es una denuncia muy grave», dijo López Obrador en su conferencia matutina, celebrada en la ciudad de Guadalupe del norteño estado de Zacatecas.
Este miércoles se filtró a los medios la denuncia que Lozoya -investigado por corrupción- presentó el 11 de agosto ante la Fiscalía General de la República (FGR), en la que delata nombres y montos de sobornos que ordenaron funcionarios del Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) y de opositores que los recibieron.
En la denuncia señala a al menos 16 personas entre estas a Peña Nieto, al exmandatario Felipe Calderón (2006-2012) e incluso al expresidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). También al opositor Ricardo Anaya -quien ya ha anunciado que tomará medidas legales- y a ministros y altos funcionarios.
La denuncia filtrada ocupa este jueves las portadas de la mayoría de medios de comunicación y, cuestionado sobre el tema, López Obrador aseguró que ya tenía «conocimiento» de la denuncia y, a su modo de ver, «todo indica» que el documento no es «apócrifo».
Admitió que no terminó de leerla porque son más de 60 páginas y no quería tener «pesadillas». Pero lo que revela, de ser cierto, es «muy grave».
«No significa que todo lo que ahí se dice sea cierto, falta que la autoridad, en esta caso la Fiscalía, recabe todas las pruebas que ahí se ofrecen», remarcó.
Deseó también que se llame a los involucrados que se mencionan en la denuncia a declarar.
«Que no haya ocultamiento de la información, que no se manipule y no haya silencio. Que se sepa todo», subrayó el presidente, quien dijo desconocer quién filtró la denuncia.
Lozoya, director de Pemex entre 2012 y 2016, fue extraditado el 17 de julio de España a México.
En México afronta un proceso en libertad condicional por recibir 10,5 millones de dólares de Odebrecht como asesor de la campaña presidencial de 2012 y después como director de Pemex y otro por la compraventa irregular de la planta de una planta de fertilizantes.