México, 20 may (EFE).- El presidente Andrés Manuel López Obrador negó que su Gobierno busque «estatizar» el sector energético mexicano, aunque advirtió que defenderá a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a Petróleos Mexicanos (Pemex) de las empresas privadas.
«Hay una campaña hasta en los periódicos más famosos del extranjero, que vamos a estatizar. ¡No! Lo que estamos haciendo es poniendo orden y acabando con la corrupción, que existía en la CFE, influyentismo, corrupción, sobreprecios», sentenció en su rueda de prensa matutina.
El presidente se refirió al acuerdo que la Secretaría de Energía (Sener) publicó el viernes en el Diario Oficial de la Federación (DOF) que emite la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional, que restringe proyectos renovables de privados.
Tras su publicación, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) suspendió este martes pruebas preoperativas de 17 centrales de energía eólica y fotovoltaica con una capacidad de generación de 2.326 megavatios.
Estas medidas afectarán en conjunto proyectos eléctricos en al menos 18 de los 32 estados del país, con una inversión total de más de 30.000 millones de dólares, según el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
«Se acabaron los abusos, y no es nacionalización, es defender el interés nacional, entender que por encima del interés particular o de los intereses de grupo, por legítimos que sean, está el interés del pueblo», argumentó este miércoles López Obrador.
El presidente aseveró que respetará la reforma energética, aprobada en el Gobierno anterior para abrir el sector a la inversión privada.
Por ello, afirmó, «no se están suspendiendo los negocios», ni los contratos.
Sin embargo, denunció que se «se ha llegado al extremo» de que empresas particulares «tenían más privilegios» que la CFE.
«Estoy respetando los contratos en todo el sector energético, pero estas medidas son necesarias para garantizar que no aumente el precio de la luz, entonces se me hace realmente exagerado y de poca sensibilidad social el estar pensando nada más en el lucro», opinó.
La postura de López Obrador también ha despertado críticas de la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex) y la Asociación Mexicana de Energía Eólica (Amdee).
Ambas denunciaron que el acuerdo pone en peligro a 44 proyectos en construcción con más de 6.400 millones de dólares de inversión y otro monto de 18.000 millones de dólares en plantas que ya operan.
Además, señalaron, implicaría emisiones mensuales de más de 714.000 toneladas de dióxido de carbono «que no podrán evitarse» y arriesgaría a 29.517 empleos.
Como compromiso ambiental, el presidente aseguró que su Gobierno ha prohibido el «fracking», el maíz transgénico y las concesiones a minas de cielo abierto.
Negó los señalamientos de la Alianza Mexicana Contra el Fracking, que este martes acusó al Gobierno de incumplir su promesa al haber aprobado siete proyectos con esta técnica en 2019.
«Petróleos Mexicanos continúa la estrategia de explorar y explotar yacimientos convencionales. No tiene programa ni presupuesto autorizado para realizar actividades en objetivos no convencionales», respondió Pemex en una nota leída por Jesús Ramírez, vocero de la Presidencia.