México, 1 may (EFE).- Con todas las precauciones sanitarias frente al coronavirus, el grupo Los Ángeles Azules ha presentado «La cumbia del infinito» junto al argentino Pablo Lescano.
«Esa canción es de mi hermano Jorge Mejía. Le pregunté por qué del infinito y me dijo que ‘cuando le doy las notas en el piano siento como que no termino’. Es muy bonita y muy guapachosa para que la bailen», comenta Pepe Mejía en entrevista telefónica con Efe.
La canción original se remonta a 1994 como parte de su álbum «Entrega de amor» y la razón de actualizarla se centra en su deseo de rescatar canciones que no triunfaron aunque lo merecían.
«Son retos que nos ponemos, que de repente nos sale la locura aquí en el grupo, venimos desde los acetatos, de ahí dimos el brinco a los casetes y luego al CD y tenemos muchas canciones que nunca fueron escuchadas en la radio y esta es una de ellas», relata.
La canción cuenta con un vídeo musical de aquel concierto en vivo que se hizo en Argentina desde el «Unione e Benevolenza» de Buenos Aires, edificio construido en 1858 que se convertiría en el disco titulado «De Buenos Aires para el mundo», que tentativamente verá la luz en su totalidad en agosto.
«Hemos hecho unos duetos impresionantes. Esta canción es rítmica, la pueden bailar, ponerla en la boda, en los quince años y a la gente le gusta sus sonidos. No sé qué tienen Los Ángeles Azules que enganchamos a la gente con el ritmo», dice Pepe satisfecho.
El músico cuenta con emoción cómo se adentraron en la grabación del disco: «nos propusieron grabar con los mejores cantantes de Argentina, grabamos con el de Los Fabulosos Cadillacs, Vicentico y con Palito Ortega», lo que supuso una gran experiencia mezclar sus sonidos con el tango.
Aunque han sido desveladas algunas canciones como «Y la hice llorar» con Abel Pintos, «20 rosas» con Américo y Jay de la Cueva y «Acariñame» con Julieta Venegas, Juan Ingaramo y Jay de la Cueva, aún esperan sorpresas como el tema que compartieron con Vicentico.
De tal forma su distintivo sonido de cumbia de Iztapalapa, en el sur de Ciudad de México, se mezcla con la cumbia argentina y su folclore desde los instrumentos hasta los artistas que participan en él.
Sin embargo, Pepe se muestra preocupado porque siguen en casa sin saber el día que van «a empezar a trabajar».
«Juntamos mucha gente en los bailes masivos y está complicado, ¿Qué vamos a hacer?», se pregunta en relación a los efectos de la pandemia.
Explica que ellos se encontraban en una gira por Norteamérica cuando tuvieron que detener todo y volver a México.
«Ahorita lo que hicimos fue parar el grupo, tenemos órdenes. Todavía tocamos en Argentina y antes de que dieran la orden en Estados Unidos de parar los eventos públicos, tocamos en Nueva York. Al otro día íbamos a viajar a Toronto y después a Washington, pero en Nueva York fue la última actuación que hicimos y nos regresamos a México», asevera.
El músico no se explica cómo es que aún hay gente que desconfía de la veracidad de la gravedad de la pandemia.
«La gente no entiende, siguen saliendo a la calle y sin cubrebocas, hay gente que se está muriendo y no podemos decir que no nos va a dar. Estamos pasando una cosa muy fea», menciona.
Mejía asegura que mientras tanto estará en casa y espera que la pandemia «sirva de experiencia para querernos» y comprender que «la familia no siempre va a estar. A veces piensas que vas a volver y ya no vuelves». EFE
Mónica Rubalcava