París, 28 oct (EFE).- Los países de la OCDE comenzaron este miércoles su reunión ministerial anual con el reto de preparar la recuperación de la crisis de la covid, pero corrigiendo tendencias pasadas que generaban grandes desequilibrios, lo que implica mayor justicia social, más paridad y una economía más verde.
«Hay que aprovechar esta oportunidad de recuperación para reconstruir mejor», hacerlo «centrándose en las personas», teniendo en cuenta la sostenibilidad del planeta y con más tecnologías digitales, destacó el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, en la apertura de la reunión virtual, que este año preside España.
Gurría lo justificó, entre otros motivos, en que la pandemia «ha puesto de relieve las debilidades estructurales» del mundo y la situación de vulnerabilidad de algunos grupos, como los jóvenes, las mujeres o las personas en situación de precariedad laboral.
En una línea paralela, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, insistió en que hay que «combinar la lucha contra el virus con las medidas de crecimiento».
Sánchez detalló algunas de las medidas económicas adoptadas por su Gobierno desde que irrumpió la pandemia, como la «inyección masiva» de dinero público en apoyo de las empresas y de las regiones o para los subsidios de desempleo temporal y explicó que solo se retirarán cuando se recupere cierto equilibrio porque precipitarse podría tener un impacto negativo.
Hizo, además, un llamamiento a la OCDE para que adopte el modelo español de aprovechar la recuperación para aprovechar la recuperación para transformar la economía y hacerla más sostenible, digital, con dimensión social y una menor brecha de género.
«No se trata solo de acelerar la recuperación económica, esta crisis nos da la oportunidad de crear un futuro mejor», señaló en una nota de optimismo.
LA PEOR CRISIS SANITARIA, ECONÓMICA Y SOCIAL EN DÉCADAS
Gurría dibujó el negro panorama que está dejando una pandemia, que ha generado «la peor crisis sanitaria, económica y social de nuestras vidas» de la que no se ha librado ningún país y que va a provocar «la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial» con una caída del producto interior bruto (PIB) que se estima en un 4,5 % en 2020.
Indicó que ya se han destruido tantos empleos como se habían creado desde la última crisis financiera y que muchos países no volverán al nivel de actividad anterior a la crisis al menos hasta 2022.
También quiso llamar la atención sobre la delicada situación en la que están quedando los países en desarrollo, para los que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que reclamó «una solidaridad internacional renovada».
Guterres recalcó su preocupación acerca de que la recesión económica y el hundimiento de los flujos de capitales en dirección de esos países generen un aumento de la pobreza y de la deuda.
CHILE URGE A MANTENER EL LIBRE COMERCIO
Por parte de Chile, que ejerce una de las tres vicepresidencias de la ministerial junto a Japón y Nueva Zelanda, su presidente, Sebastián Piñera, hizo una defensa cerrada del libre comercio y de la integración económica para la recuperación porque el proteccionismo «sería la peor respuesta posible».
Pedro Sánchez, como los otros dirigentes que intervinieron en esta sesión de apertura, afirmó que para salir de esta crisis «necesitamos cooperación internacional e instituciones multilaterales fuertes».
Un mensaje que, como el de Piñera, tiene un destinatario principal, Estados Unidos, a pocos días de que se celebren allí las elecciones presidenciales que deben decidir la continuidad de Donald Trump, que durante su mandato ha dado la espalda a muchos de esos organismos multilaterales.
La posición de quien sea el inquilino de la Casa Blanca a partir del próximo mes de enero será fundamental, por ejemplo, para desbloquear la negociación que se lleva a cabo bajo los auspicios de la OCDE para establecer un dispositivo internacional que obligue a los gigantes digitales a pagar impuestos donde tienen sus clientes.
Para el presidente del Gobierno español, esas empresas que están saliendo reforzadas en esta crisis, tienen que contribuir con sus impuestos a reforzar la cohesión social.