Ginebra, 25 ago (EFE).- Los países que participan en el mayor acuerdo mundial de conservación de especies mediante restricciones a su comercio rechazaron hoy que los rinocerontes blancos y sus cuernos puedan volver a los mercados internacionales, ni siquiera bajo estricta vigilancia.
El Gobierno de Eswatini (antiguamente Suazilandia) había presentado a los países -reunidos en Ginebra en una conferencia trienal- una solicitud para reducir el nivel de protección a su pequeña población de rinocerontes blancos, cuyo comercio internacional está totalmente prohibido.
El objetivo de este país era permitir el comercio de partes del rinoceronte, incluido su cuerno, que es objeto de tráfico ilegal debido a la demanda que existe por él en los mercados asiáticos, donde se le atribuye propiedades medicinales.
Los científicos han desmentido tales propiedades, a pesar de lo cual la demanda se ha mantenido.
Por amplia mayoría, los países rechazaron rebajar la protección de esta especie de rinoceronte de Eswatini, donde se estima que sólo quedan 66 ejemplares en el medio salvaje.
Asimismo, rechazaron una propuesta de Namibia, que igualmente pedía que se levante la prohibición del comercio internacional de su población de rinocerontes blancos y que se permitan transacciones con estos animales vivos y como trofeos de caza.
El seguimiento de rinocerontes en Namibia indica que quedaría poco más de un millar en su medio natural.
El rechazo de ambas propuestas se produjo en la conferencia que reúne a los 183 Estados parte de la convención que regula el comercio internacional de especies de flora y fauna amenazadas (conocido por sus siglas CITES), para alivio de las organizaciones conservacionistas que siguen estas reuniones.
«El comercio internacional del rinoceronte está prohibido desde 1977 y reabrirlo hubiese significado un desastre para la supervivencia de esta magnífica especie», comentó el responsable de operaciones de la ONG Humane Society International, Adam Peyman.
Los especialistas consideran que, con el escaso número de rinocerontes blancos que quedan en Eswatini, abrir el comercio de su cuerno hubiese sido el final seguro de esta especie en este país y desatado la caza furtiva en otros países africanos.
Los rinocerontes blancos están próximos al peligro de extinción ya que, a pesar de la prohibición, los cazadores furtivos alimentan el tráfico internacional de su cuerno.
«Los niveles de condenas por caza furtiva en Namibia son penosos, así que cualquier reducción de su protección hubiese sido altamente peligroso e irresponsable», sostuvo Peyman.