“Cuando no tomas una postura en contra
de la corrupción, tácitamente la apoyas”.
Kamal Haasan
Inaugurado sin terminar como aeropuerto mixto (militar y civil), sin vías de comunicación terrestre terminadas, sin certificación internacional, distante de la CDMX, con escasas operaciones regionales, el Aeropuerto ‘Internacional’ Felipe Ángeles (AIFA) encendió focos rojos por su opacidad en el manejo presupuestal de su construcción a manos del Ejército Mexicano.
De acuerdo a la investigación realizada por la organización civil Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad (MCCI), los mandos castrenses responsables de la construcción asignaron casi el 100 por ciento de los contratos sin licitación (77.24% por invitación restringida y el 22.76% por asignación directa), muchos de ellos a proveedores sin experiencia o que carecían de infraestructura o instalaciones.
Aparecen en la consulta vía transparencia realizada por MCCI casos de empresas creadas la víspera de la asignación del contrato millonario, proveedores vinculados con factureros (fantasma) e incluso contratistas con antecedentes de corrupción.
La opacidad y presunta corrupción es uno de los pecados del nuevo aeropuerto, pero tiene más.
“La mafia del poder” es señalada recurrentemente en las conferencias matutinas del presidente López Obrador; pese la estigmatización pública en lo privado, es convidada al pastel económico que representa la construcción del capricho aeroportuario de la 4T. Raúl Salinas, hermano del ex-presidente Carlos, a quien AMLO lo designa como el jefe de la mafia, se desempeña como asesor de la empresa IUSA, que obtuvo un contrato por un monto de 715 millones de pesos para la construcción del nuevo aeropuerto.
Los pecados se siguen acumulando en el AIFA, opacidad, presunta corrupción, favoritismo a la mafia del poder y surge el contrato a una empresa fantasma y lavadora de dinero vinculada al dictador venezolano Maduro.
La Sedena asignó en el año 2019 y 2020 dos contratos por hasta 184.5 millones de pesos para vender acero en Santa Lucía a Prometallic, S.A. de C.V., empresa que tiene como accionista a Humberto Marcos Corella, quien durante 12 años fue socio y administrador de Grupo Brandon (incluida por el SAT en la lista de empresas “fantasma”), empresa que envió toneladas de leche de mala calidad a Venezuela como parte de una trama de lavado de dinero que encabezaba Alex Saab (actualmente preso en Estados Unidos), supuesto prestanombres del presidente venezolano Nicolás Maduro.
Mentir es pecado, y se suma a los que ya tiene el AIFA, no es un aeropuerto internacional, es regional. La Federal Aviation Administration (FAA) anunció que México “no cumple con los estándares de seguridad de la Organización de Aviación Civil Internacional” y rebajó su calificación de Categoría 1 a Categoría 2; la nueva calificación permite a las compañías aéreas mexicanas continuar el servicio existente a los EE.UU., pero prohíbe cualquier servicio y rutas nuevas. Ante el anuncio, el Presidente dijo que esta situación se resolverá pronto, sin especificar fecha. El único vuelo que viene del extranjero es el de la aerolínea venezolana Conviasa, cuya frecuencia es quincenal, por lo que se convertirá en aeropuerto regional.
Otro problema que han negado reiteradamente lo destaca Ruiz-Healy, es el riesgo aéreo al operar tres aeropuertos simultáneamente (AICM, AIFA y Toluca). La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), señaló que la gestión del espacio aéreo de la CDMX, que incluye a sus tres aeropuertos, puede resultar demasiado complicada y ocasionar que los vuelos den vueltas en torno a la CDMX mientras reciben permiso de aterrizar, además de que puede representar un problema de seguridad.
Más caro que lo programado y lo presumido. El 17 de octubre del 2019, López Obrador anunció que el AIFA tendría un costo máximo de 75 mil millones de pesos, para el 2020 se modificó el monto de la inversión final: 80 mil MDP; la revisión de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en mayo del 2021 ajustó esta cifra en 84 mil 956 millones. Sin embargo, para diciembre del 2021, el Gobierno ya había gastado 104 mil 531 millones de pesos. Luego en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) del 2022 se le asignaron 11 mil 450 millones de pesos adicionales, lo que implicaría que el costo ya ascendería a 115 mil 981 millones de pesos. Esto representa un sobrecosto de 54.64% con respecto a la cifra original de López Obrador y de 36.52% si se toma como referencia la revisión de la SHCP de mayo del 2021. Cifra limpia y pura de la construcción del aeropuerto, sin mezclar el costo de cancelación del aeropuerto de Texcoco.
En el presente los pecados del AIFA son veniales, en el futuro serán mortales.