Washington, 5 sep (EFEUSA).- Dos años después de que el presidente, Donald Trump, anunciara su fin, el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, en inglés) sigue parcialmente en pie y libra una batalla judicial para evitar que miles de jóvenes indocumentados sean deportados.
Esta iniciativa se ha hecho famosa gracias a sus beneficiarios, conocidos como «soñadores»: jóvenes que llegaron a este país cuando eran niños acompañados de padres o familiares empeñados en alcanzar su «sueño americano».
– DACA, UNA DE LAS BANDERAS DE OBAMA
El programa DACA fue promulgado el 15 de junio de 2012 por el entonces presidente, Barack Obama (2009-2017), y supuso un alivio para miles de jóvenes inmigrantes indocumentados que afrontaban el peligro de la deportación.
Los solicitantes debieron probar que habían llegado al país antes de los 16 años, que no tenían antecedentes penales y que cursaban estudios de educación secundaria o en la universidad.
– LA DECISIÓN DE TRUMP
El 5 de septiembre de 2017, el entonces fiscal general, Jeff Sessions, uno de los miembros del Ejecutivo con posiciones más duras en inmigración, anunció el fin del amparo de DACA, medida que entraría en vigor en un plazo de seis meses, es decir, el 5 de marzo de 2018.
– BENEFICIARIOS Y PROINMIGRANTES EN PIE DE GUERRA
. El 6 de septiembre de 2017, una coalición de 16 fiscales generales demandó en una corte federal de Nueva York la decisión del Gobierno de Trump argumentando que viola los derechos del debido proceso y afecta a los residentes, instituciones y economías de los estados.
. El 18 de septiembre de 2017, seis «soñadores» interpusieron una demanda contra Trump ante la corte del distrito norte de California, en San Francisco, por cometer una «violación sin precedentes» de sus derechos al acabar abruptamente con el DACA.
. El 16 de enero de 2018, el Departamento de Justicia anunció que recurriría directamente ante el Tribunal Supremo el fallo de un juez de California que ordenó revivir parcialmente el programa DACA.
. El 13 de febrero de 2018, una corte federal en Nueva York frena la decisión de acabar con el DACA, en respuesta a una demanda presentada por cinco jóvenes «soñadores» en esa ciudad.
. El 26 de febrero de 2018, el Supremo decide no admitir a trámite el caso y rechaza así una petición del Gobierno de Trump, que quería que el alto tribunal sentara un precedente a nivel nacional y le permitiera acabar con DACA.
. El 3 de agosto de 2018, el juez federal John D. Bates, con tribunal en Washington, reafirma su orden al Gobierno de Trump de reactivar por completo el DACA con la admisión de nuevos «soñadores». Bates rechazó así el recurso del Ejecutivo a su decisión inicial del 24 de abril.
. El 8 de noviembre de 2018, la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito, con sede en San Francisco (California), mantuvo en vigor el DACA.
– UN BENEFICIO, PERO NO UNA VÍA A LA CIUDADANÍA
El DACA brinda a sus beneficiarios:
. Garantía de no ser deportado.
. Permiso de trabajo y un número del Seguro Social.
. Permiso -previa solicitud- para viajar fuera del país.
No otorga:
. Residencia permanente, también conocida como «green card».
. Según el sitio web ThoughtCo, este programa no es un amnistía
. No concede un «estatus legal», sino una «situación de presencia legal» en el país.
– CIFRAS CLAVE
. Beneficiarios: 787.580 jóvenes indocumentados, según datos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, en inglés) hasta marzo de 2017. Las estadísticas del USCIS indican que los beneficiarios de DACA entre el 10 de enero de 2018 y el 30 de abril de 2019 ascendían a 425.760.
. Mayoría de mexicanos: De acuerdo a cifras de marzo de 2017 de USCIS, el 78 % de los beneficiarios de DACA – lo que equivale a 618.342 personas- procede de México. Les siguen los salvadoreños (28.371), los guatemaltecos (19.792) y los hondureños (18.262).
. Un 91 % de los beneficiarios de DACA tiene empleo, porcentaje que aumenta al 93 % entre los mayores de 25 años.
. El 69 % consiguió un trabajo con mejor remuneración.
. El 5 % abrió su propio negocio, lo que supuso un porcentaje por encima del resto de la población (3,1 %).
. El 54 % de los beneficiados consiguió un empleo que encaja mejor con su formación.
. Otro 56 % accedió a un puesto con mejores beneficios sociales, como por ejemplo cobertura médica.
(Fuentes: Center for American Progress; Tom K. Wong, de la Universidad de California; United We Dream; Centro Legal Nacional de Inmigración).