Guadalajara (México), 21 jul (EFE).- Con máscaras monstruosas y danzas tradicionales, cientos de niños y adultos vestidos como los legendarios guerreros «tastoanes» preparan sus «jugadas» para este 25 de julio en las festividades del Santo Santiago, aquellas que representan la conquista española del oeste mexicano.
Esta fiesta es la más esperada por los pobladores de Tonalá, un municipio de la zona metropolitana de Guadalajara, que desde hace cerca de dos siglos escenifican el momento en que los «tastoanes» se enfrentaron a los conquistadores españoles que llegaron a su territorio conocido como Caxcán.
Las máscaras son el sello distintivo de estos guerreros y el elemento más importante, por ello es que es al que más tiempo dedican aquellos que desean participar en «las jugadas».
Fabricarlas puede ser considerado un arte, por lo complejo de su elaboración y por la creatividad de cada pieza, dice Efe Martín López, creador de máscaras y «tastoán» durante más de 20 años.
Por costumbre cada hombre o mujer que quiere ser «tastoán» debe hacer su propia máscara. Por ello es que López, quien coordina el grupo de «tastoanes» niños, ofrece talleres para que cualquier persona sepa cómo llevar a cabo esta laboriosa tarea.
Las piezas son diseñadas para lograr un aspecto monstruoso o terrorífico que muestre la ferocidad, la valentía y el enojo con el que lucharon los guerreros.
Además el rostro tiene elementos como escoriaciones o heridas de batalla, animales que representan la manera en cómo vivieron los guerreros que huyeron a las montañas y verrugas que recuerdan las enfermedades que los españoles trajeron a México como la viruela.
Cada pieza puede llegar a pesar hasta cinco kilos y es elaborada con piel de res, huesos de mango, alambres, resinas, dientes de vaca y una peluca de crin de caballo, hilo de ixtle extraído de la planta del agave u otras fibras vegetales.
La creatividad e imaginación de cada dueño se plasma en la máscara, no solo con los elementos que le agrega, sino en la manera de pintarla, lo que hace a cada pieza única e irrepetible, cuyo valor no radica en lo económico sino en el orgullo de haber bailado con ella, explica López.
«Es una satisfacción, un orgullo y hasta un recuerdo. Tú ves una máscara y te acuerdas cuando la bailaste y a veces te acuerdas de anécdotas y se hizo una tradición de todos cada año hacen una máscara, por eso hay mucho mascarero que se dedica a vender o pintar máscaras», señala.
La tradición de los «tastoanes» es una de las más vistosas por la vestimenta, la música, los bailes y la teatralidad con la que se lleva a cabo.
Pero para quienes participan en ella no es solo un espectáculo sino que representa el honor de personificar a «un guerrero»» que luchó por defender a su pueblo.
«El ‘tastoán’ es un guerrero, es algo muy serio, como un soldado, porque somos de origen mexica. Es honor ser un ‘tastoán’ porque están representando más que nada a tu raza, tenemos color de piel, ojos de otro color pero yo pienso que la sangre y el corazón siempre lo va a tener una mexica, porque la sangre y el corazón son mexicanos», dice.
Días antes del 25 de julio los próximos «tastoanes» se reúnen para ensayar los bailes que realizarán durante los dos días en que se realizan las celebraciones.
Es importante que cada detalle salga a la perfección. Desde el baile en el que los guerreros «pelean» contra una persona caracterizada por el Santo Santiago -que representa a los españoles-, el momento en que este muere y hasta la «cuereada», que es cuando el santo revive y «castiga» a los rebeldes.
Esta última parte es una de las más vistas y es en la que el Santo Santiago azota a los participantes con una vara de árbol de mezquite mojada que suele ser tomada por algunos de los participantes como un momento para «expiar» los pecados o para agradecer algunos favores o milagros por parte del santo.
Para otros es una forma de escenificar que la imposición de la religión de los españoles a los indígenas fue realizada a la fuerza.
«Los cuerazos hay quien lo toma como una manda, como una flagelación o quieren encomendarle algo al santo ese día sale y su sacrificio es para hacerlo, pero también hay quien lo hace por gusto, porque sienten deseos y les gusta la tradición, eso depende de cada ‘tastoán'», señaló.