CIUDAD DE MÉXICO, octubre 5 (EL UNIVERSAL).- Después de la tormenta viene la calma, así le ha pasado a Luis Enrique Guzmán, el hijo menor de Silvia Pinal que tras confirmar que Apolo no es su hijo biológico, se distrae y se relaja haciendo lo que le gusta, andar en patineta, tocar la guitarra, hacer yoga y hasta aventarse en paracaídas.
El hijo de Enrique Guzmán confesó hace unos días que aunque ya sabía que Apolo no era su hijo, reconfirmarlo a través de una prueba de ADN fue doloroso, pues su expareja Mayela Laguna, quien aseguraba que sí era su padre, lo engañó.
Él y Mayela mantuvieron por muchos años una relación con altas y bajas, llena de polémica que puso en duda la paternidad de Luis Enrique, pues según sus declaraciones, la propia Mayela se lo dijo en una discusión, por lo que le sembró la duda y por ello le practicó al menor una prueba.
Ante los resultados, Luis Enrique hizo pública la noticia a través de redes en 2023, lo que desconcertó a Mayela Laguna, quien lo demandó por desconocimiento de paternidad; muchos meses de dimes y diretes en medios, redes sociales y frente a la ley arrojaron como resultado definitivo que el menor Apolo no es hijo de Luis Enrique.
El hermano de Alejandra Guzmán admitió que a pesar de ello él quiere mucho al niño, con quien convivió tres años, por lo que dijo que estaría dispuesto a ser su padrino o un consejero para él, después de que se lleve a cabo una segunda cita con el juez, quien determinará qué pasará con el apellido paterno del niño.
Hasta la fecha, Luis Enrique no ha borrado de su Instagram las fotos que aún tiene de Apolo; un niño que ya se había ganado el corazón de Silvia Pinal y de Alejandra Guzmán, quien con frecuencia lo presumía en redes sociales, y hasta se llegó a decir que lo había convertido en su heredero.