Aguascalientes.- La señora María Cruz Magadán Castorena, madre de la joven que falleció luego que se le negara la atención en el Hospital General de Calvillo, sostiene que, si bien nada ni nadie le devolverá la vida a Jaquelinne, hará todo lo que pueda y esté a su alcance para que los culpables paguen por tal irresponsabilidad.
De entrada, dijo que quienes influyeron en la muerte precipitada de su hija al condicionarle el servicio al pago de 5 mil pesos, no merecen “estar comiendo de la gente”, por lo que se propone llegar hasta las últimas consecuencias para que la muerte de su hija Juana Jaqueline Zúñiga Magadán, no quede impune.
En plática con Efraín González, director del diario digital Calvillo Hoy, la atribulada madre expuso al detalle la terrible odisea que terminó con la muerte de su hija, y con el dolor aún reflejado en su rostro, pidió que las autoridades se compadezcan y que no se olviden del caso, porque los responsables tienen que pagar por la vida que se perdió por su mal proceder.
“Mi hija quería donar los órganos que sirvieran a otras personas en caso que pasara lo que desgraciadamente sucedió, pero ni siquiera eso se pudo cumplir porque no fue atendida”, lamentó la señora María Cruz, quien dijo que ahora lo único que le pide a las autoridades, es que se castigue a quienes resulten responsables y que no permitan que sigan sucediendo estas negligencias en los hospitales por el mal proceder de quienes no sirven, ni aprovechan la oportunidad que tienen para servirle a la gente.
“Yo pedí un responsable porque todos se quedaban viendo nada más. Yo pedí un responsable por el hecho de que mi hija, ya habíamos platicado, ella quería donar; me dijo, mamá si me pasa algo arreglas para que lo que sirva de mí le sirva a otras personas porque quiero donar y ya fui yo la que pedía a alguien responsable porque no había nadie que me hablara ni me dijera nada”, señaló al comentar lo que vivió luego de que recibió la mala noticia del fallecimiento de Jaquelinne.
Sobre el sentimiento que tiene en torno a la tragedia que vivió por el mal proceder del personal del Hospital de Calvillo que se negó a atender a la joven, aún con el dolor a flor de piel expresó que “se siente que uno quiere comerse a esas personas. En pocas palabras no sé si me doy a entender, tengo odio, tengo rabia, tengo dolor, más que nada tengo una impotencia porque no pude hacer yo nada y es un dolor que yo ahorita traigo, un odio contra, se puede decir que contra muchas personas, pero pues de nada me sirve el odio. De nada me sirve el coraje porque yo no la voy a regresar, pero sí quiero hacer hincapié en que voy a hacer todo lo que se pueda para que los culpables, quienes resultaron y resulten responsables de todo esto, paguen y no vuelvan a dar servicio, porque no merecen servir, no sirven.
A la gente con esa actitud, con esa prepotencia, no le sirven a la gente y no merecen estar comiendo de la gente, la verdad y voy a hacer todo lo que pueda, mientras pueda, para que paguen y para que no vuelvan a servir, porque realmente es gente que no sirve.